Las peores lecturas de 2024
Las peores lecturas de 2024
Cómo
aguantar cierto tipo de argumentos sin morir en el intento.
Lo peor del año y sin disculpas…
Mirando hacia atrás recuerdo a vista
de pájaro, al igual que los programas televisivos del pasado como me fue en
cuestión de lecturas este año que ha bajado el telón, con un fin de obra para
todos los gustos literariamente hablando. Este ha sido el tiempo, la temporada que
más entradas he realizado en la silenciosa bitácora que nadie lee, primero porque
pertenezco a dos clubs de lectura, y segundo al dedicarme a relato corto -en
todos sus géneros- ha hecho que esto sea posible, pero en resumidas cuentas,
este año resultó un poco decepcionante, al no acertar con los títulos, ni con
los autores, pues esperaba algo más de ellos. Vayamos pues al grano, que es lo
que nos interesa.
Primera decepción:
“Los
días perfectos” de Jacobo Bergareche – Una aventura extramatrimonial
que no lleva a ninguna parte, aburrida, tediosa, con ganas de ir a soplarla a
las islas Mauricio, un auténtico muermo, con despropósitos a raudales, y con un
gusto pésimo para el honky tonky, eso fue lo que más me dolió,
porque también administro un blog dedicado a la música de los 50’s, rockabilly,
blues, country y derivados. Hay que joderse.
Segunda desilusión:
“Lo demás es aire” a
cargo de Juan Gómez Bárcena – Un viaje al pasado de la cordillera cantábrica, a
un pueblo llamado Toñanes, del cual acabas hasta las narices, que desde el
primer momento no me entró por el ojo, ni me transmitió ni me transportó (dos
de los principales puntos que pido a un libro cuando lo tengo entre las manos),
texto escrito para gusto del autor, para sí mismo, un ladrillo de cuerpo y
alma, publicado gracias a la cabezonería de las editoriales, espantando a
cierto tipo de lectores, como es mi caso.
Tercer desengaño:
Este era de esperar, pero al ser un regalo de reyes no tuve más remedio que tragarlo, sino saldría por la ventana o al contenedor de los libros olvidados, un inmenso relato, soporífero volumen lleno de despropósitos y algún que otro dato inventado por el autor (sí, sí, ya se que es ficción, pero no cuela), donde nos encontramos a un Alejandro Magno plano, aburrido y desértico, como toda la novela en sí, donde el más magno de los Alejandros está lleno de ego y con una mamitis de cuidado, me estoy refiriendo al finalista de un devaluado premio Planeta, “La sangre del padre” a cargo de un cargante autor llamado Alfonso Goizueta, donde lo único bueno que tiene es haber podido terminar el libro, cansino hasta la extenuación. Ahora sí, la portada es cojonuda...
Cuarta desilusión:
“Amapolas en octubre” de
Laura Riñón Sirera – Me hice una idea del libro y cuando lo estaba leyendo
resultó ser otra bien diferente, con un punto romántico para nada atractivo,
que para mí ni me va ni me viene, anodino total, convirtiéndose en un relato
que nunca será necesaria una segunda lectura, además lo veo elitista…
Quinto tangazo:
Este punto quiero dejarlo para un relato,
hueco ocupado por un pésimo título, que se convirtió en una verdadera decepción
de los pies a la cabeza. “Mr. Skelmersdale en el País de las Hadas”, donde H.G. Wells se la pega de cuidado con semejante adormidera, por todos los santos de la tierra, que tostón, y mira que es corto, pero se te
hace inacabable, muy cuesta arriba, y yo, yo que vivo en una tierra llena de cuélebres,
diañus, trasgus y busgosus, no puedo permitir semejante desatino.
Sexto chasco: (y el último, aunque podían ser algunos
más).
“La librería en la colina” escrita por Alba Donati – Un relato que va de más a menos, donde se nos
relata la historia de una de las librerías más famosas de Italia, ‘Sopra
la Penna’, situada y elevada en un pequeño pueblo en las montañas, y
donde solo caben en su interior cuatro personas, siendo una de las veinte
librerías más fascinantes de Europa, resultando plomiza a raudales, con una
autora que va de mujer muy chic y de guay, pero vamos, en la historia (donde ella es la protagonista) va de
normalita, y de normalita no tiene nada.
Ultima verba:
Aunque hubo desilusiones ("En los tiempos de la reina de Persia": de Joan Chase, fue una de ellas), también hubo alegrías y sorpresas varias, que contrarrestaron el mal sabor de boca que me dejaron algunos títulos (yo esto lo llevo a rajatabla y me lo tomo muy a pecho, que le voy hacer), y para finalizar diré que el dedicar un apartado en mi silencioso blog a esas escritoras góticas victorianas, esas damas oscuras de la literatura inglesa me ha resultado muy satisfactorio. Que tengáis un buen años de apasionantes lecturas, sin tener en cuenta los ‘resbalones' de turno.
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