El clérigo malvado
El clérigo malvado
Corto de café: Un viejo ático en la ciudad en
compañía de H.P. Lovecraft.
El extraño
objeto
“Sí, aquí
vivió él..., pero le aconsejo que no toque nada. Su curiosidad lo vuelve
irresponsable. Nosotros jamás subimos aquí de noche; y si lo conservamos todo
tal cual está, es sólo por su testamento. Ya sabe lo que hizo. Esa abominable
sociedad se hizo cargo de todo al final, y no sabemos dónde está enterrado. Ni
la ley ni nada lograron llegar hasta esa sociedad”.
Todavía
no se que es más terrorífico, si visitar a Lovecraft o dejar que este nos
visite, para que nos cuente una de sus truculentas historias. Esta fue escrita
en 1933 y publicada más tarde en el año 1939 en la revista Weird Tales.
El
narrador nos traslada a una ciudad, para mí no tiene importancia, pero
probablemente sea Londres, es un hombre osado y atrevido. Su curiosidad le
lleva a investigar el ático que se encuentra en un añejo edificio, en el que
vivía cierto personaje que probablemente hizo cosas atroces, y donde hay un
extraño objeto que bajo ninguna circunstancia se debe tocar, que está encima de
una mesa. En la habitación podría hacer más o menos lo que le diera la gana,
todo dentro de un orden, pero bajo una sola norma, no debe tocar ese objeto
que está encima de la mesa y que tanto le llama la atención.
La
sala está llena de libros, tanto religiosos como demoníacos (muchos de ellos
suponemos que son grimorios), pero cuando enfoca al objeto con una
linterna de bolsillo ve como el “aparato” emite un color distinto, diferente,
notando que no se encuentra solo en la habitación, algo raro estaba sucediendo.
Ante
su vista está una persona que viste ropas religiosas, hábitos de la iglesia
anglicana, junto a más miembros de la misma que le observan y, un obispo.
Empieza a tirar los grimorios a la chimenea. En ese instante el extraño hombre
se acerca al objeto y lo coge, el narrador, al verse amenazado le
ilumina el rostro con el haz de luz, (antes había echo un amago de ahorcase,
pero no fue así), todos retroceden, es en ese momento cuando el hombre hace una
extraña maniobra y se cae por el hueco de la empinada escalera.
Cuando
el narrador se acerca para ver donde está el cadáver del hombre, no lo ve, no
lo encuentra, la planta de abajo está vacía. Tan solo observa a tres hombres
subir la empinada escalera, dos de ellos al ver su rostro gritan y huyen
despavoridos, el tercero, quien le acompañó en un principio hasta el ático
muestra la pura realidad en la que ha quedado el narrador de la historia.
Acompañándole a un espejo le dice que se mire al mismo, comprobando que su
imagen, el rostro, ha cambiado, es la del ´clérigo malvado’ que
terminaba de fallecer, y que la acompañará para toda la vida. Era porque había
interferido con la luz de la linterna en el extraño objeto. Ahora su
próxima parada sería los Estados Unidos, una nueva vida empezaba para él en el
destierro más absoluto.
Dicen
que no es un cuento más de terror por parte de Lovecraft, sino más bien una
carta escrita del propio puño y letra del autor, que iba dirigida a un tal
Austin Dwyer, donde le explica un terrorífico sueño que tuvo en el pasado.
Pero también he encontrado esto
en la denominada red de redes:
“Soñé
hace unos meses con un malvado clérigo en un granero lleno de libros prohibidos
y que cambiaba de personalidad con un visitante. Fray Bernardinus de West
Shokan me dice que escriba esta historia”.
Carta a
Clark Asthon Smith, de octubre de 1933
Comentarios
Publicar un comentario