35 frases del libro "La vegetariana"

 




35 frases del libro:  La vegetariana

 

 

Las relaciones y la convivencia en ocasiones suelen ser muy tormentosas.

 

Una delicada situación

 

    Este año (literariamente hablando) hemos viajado mucho, sobre todo por el desconocido y admirado oriente, visitando China con sus cuentos populares, Japón, entrando a comer en sus tabernas, recordando sus leyendas y lugares populares, como los templos sinto o los parques favoritos de los suicidas, pero no nos habíamos parado en Corea, haciéndolo con ‘La vegetariana’, de Han Kang, una dura novela que tenía ganas de llevarme a la boca, y diciendo una frase manida entre los lectores comentaré que, no me ha defraudado, así que a continuación transcribiremos las 35 frases que más nos han gustado de esta pequeña pero gran novela. Sé que son muchas, pero podrían sido muchas más, ya que la historia merece la pena.

 

1.    ¿Qué es lo que cortaré con mi cuerpo que me estoy poniendo tan afilada?

2.    A veces pensaba que no era tan malo convivir con una mujer rara. Vivíamos como si fuéramos desconocidos o, mejor dicho, como si ella fuera mi hermana o la empleada doméstica que hacía la comida y limpiaba la casa.

3.    (…) Si no comes carne todo el mundo te devorará.

4.    Si bien alguna vez anduve diciendo por ahí que una enfermedad no es un defecto, fue porque les afectaba a los demás no a mí.

5.    Las comunicaciones telefónicas con mi cuñada, que hablaba con un ligero deje nasal, siempre me provocaban una leve tensión erótica.

6.    Seguramente no lo puedes entender. Hace tiempo que me da miedo ver a alguien manejando el cuchillo sobre una tabla de cortar. Da lo mismo que sea mi hermana o mi madre.

7.    Hay una mujer, un ser humano que ya no quiere formar parte de la humanidad. Un ser que pone en juego su vida para no dañar a nadie ni a nada, un ser a quien un día deja de importarle en absoluto vivir o morir.

8.    Mejor que no hable, a los mayores les gustan las mujeres calladas.

9.    Si me casé con ella fue porque, así como no parecía tener ningún atractivo especial, tampoco parecía tener ningún defecto en particular.

10.  (…) su única afición era la lectura, pero la mayoría de los libros que escogía parecían tan aburridos que ni daban ganas de abrirlos.

11. Sentí la vibración del aire en el instante en que el hierro cayó sobre el cráneo.

12. El que es vegetariano por cuestiones espirituales debe de sentir una gran repugnancia por los que comen carne, ¿no es así?

13. Si o fuera porque eran torsos escuálidos, como dos bailarines, se los podría haber confundido con simples dibujos pornográficos.

14. Comparada con su mujer quizás fuera menos bonita, pero se podía sentir en ella la fuerza de un árbol silvestre sin podar.

15. Esta actitud de querer desembarazarse de su mujer como si se tratara de un reloj o de un electrodoméstico estropeado los había dejado perplejos a todos.

16. Era la voz apasionada de alguien que no pertenecía a ningún lugar y se encontraba en los lindes de la vida.

17. Aunque no lo demostrase, seguramente también tendría deseos incumplidos y sufriría angustias y ansiedades por ellos.

18. (…) pero esa pose, más que provocar compasión, dejaba ver una soledad sólida como una sombra y capaz de incomodar a quienes la miraban.

19. Nunca había visto un ser capaz de decir tantas cosas con solo su figura.

20. Ahora que tengo estas pinturas en el cuerpo, ya no sueño. Me gustaría que me las volvieras a pintar cuando se borren.

21. Según lo que había podido comprobar hasta ahora, en general sus silencios involucraban una respuesta afirmativa, así que no se intranquilizó.

22. Percibió que existía un abismo entre sus apasionados trabajos y su vida cotidiana, en la que se veía como un pez encerrado en una pecera, hasta tal punto que no parecía ser la misma persona en uno y otro ámbito.

23. Inhye… Todos los árboles del mundo me parecen mis hermanos.

24. ¿Qué estás diciendo?¿Crees que te has convertido en un árbol? Si eres un vegetal, ¿cómo puedes hablar?, ¿cómo es que puedes pensar?

25. Yo no necesito comer. Puedo vivir sin alimentarme. Me basta con el sol.

26. ¿Por qué no puedo morirme?

27. La diligencia que siempre había mostrado por ser la mayor no se debía a una madurez precoz sino a la cobardía y no había sido más que una forma de supervivencia.

28. El recuento de cada una de las fichas que se habían jugado en la vida de su hermana no solo era fútil sino imposible. Aún así, no podía detenerlo.

29. Él que había guardado tantas imágenes aladas en su videocámara, no había podido volar cuando más lo necesitaba.

30.  Estaba a punto de entrar en la tierra… derretida por la lluvia… completamente derretida. Es la única manera de que existe… para nacer de nuevo al revés.

31.  De pronto, tuvo la sensación de que nunca había vivido y se sintió sorprendida. Era cierto. No había vivido realmente.

32.  Era una hora tan larga como la eternidad y tan profunda como un pantano.

33. El tiempo no se detiene.

34.  ¿Quieres morir así? No, tú no quieres morirte. Si quieres convertirte en un árbol, tienes que comer, tienes que vivir…

35.  En los sueños,  todo parece real, pero cuando te despiertas, te das cuenta de que no es así… Cuando despertemos algún día entonces…

 



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