Un nuevo país al otro lado de mi ventana
Un nuevo país al otro lado
de mi ventana
Theodor Kallifatides
“(…) la vida no
tiene esencia, solo peso”
“Comencé
a escribir este texto con la intención de ver en quien me había convertido
después de treinta y ocho años de vivir en el extranjero. Sé que no volveré,
tengo mi Ítaca, pero nadie me espera, salvo mi madre y mis hermanos”.
Cuando
uno lee a Kallifatides la primera impresión que podemos tener de él es que es
un poco cansino, repetitivo y reincidente, siempre erre que erre con el mismo
tema de la emigración, siendo un extranjero en tu país de acogida y, un
turista en tu lugar de origen, vamos, el mundo al revés. Pero uno no sabe en
realidad lo que es eso hasta que nos convertimos, por la causa que sea en emigrantes.
Bajo
este título el autor nos presenta, he de decir que de forma simple, sencilla
pero maestra un ensayo sobre como es, después de treinta y ocho años de convivencia
mutua, su relación con Suecia, el país de adopción, mostrándonos sus sentimientos
y complejos, convirtiéndose, en este caso construyéndose un personaje nuevo,
que nos muestra sin ningún tipo de tapujos, lo más íntimo de su ser, donde el
sentido de pertenencia a un nuevo país queda muy marcado.
Es
un relato contra todo tipo de radicalidad, sin importar la procedencia, que es
una verdadera lección de honestidad consigo mismo, muy lejos de la soberbia que
muestran algunos autores. Un libro (librito más bien) que rezuma simpatía por
los cuatro costados.
Ultima verba:
Los complejos de identidad, tan presentes en
los humanos, sobre todo cuando uno vive o sobrevive en un país extranjero salen
a la luz, y pueden echar a perder peligrosamente las raíces que uno tiene, que
debe desterrar lo más rápidamente posible. Kallifatides hace una mirada
interior que nos puede dejar perplejos, podemos decir que es la memoria íntima
de un extranjero que ha dejado de serlo.
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