Libro de Horas de los Retablos

 


“Pour tout mais”

 

    Retornamos a los viejos códices y manuscritos que se hayan repartidos por todo el orbe mundial, acercándonos hacia este ejemplar que también es llamado por otro nombre, el misal de Alonso Fernández de Córdoba, un noble español perteneciente a la ‘Casa deFeria’, entre otras, siendo conocido por el sobrenombre de ‘el Mudo’, porque nació sordo. Sordomudo de nacimiento aprendió a hablar, leer y escribir con facilidad, así que no es de extrañar que sea el propietario de este Libro de Horas, realizado al uso romano, y lo tenemos (por suerte no esta fuera del país, como ocurre con muchos otros debido a las desidias y avaricias de siempre) a nuestra disposición en la Biblioteca Nacional de España. (Vit.25-3).




    Un libro nacido e iluminado en el S. XV, compuesto de 194 hojas en pergamino, y con unas dimensiones de 23*16 cm. Según comentarios de la propia B.N.E., el manuscrito muestra influencias de Fouquet, y del autor de ‘Las grandes horas de Rohan, mientras que otros investigadores y estudiosos del tema lo atribuyen a la escuela de Jan Tavernier, pero el asunto no queda ahí, hay otro grupo que comentan que muy posiblemente sea una obra flamenca. Estuvo censurado por la Inquisición, al igual que sucedió con otro magnífico ejemplar de la misma familia ‘Las horas de Velasco’, y claro…el resultado se puede encontrar en la página 194, y datada en el año 1573.

Características:

    Está ornamentado muy ricamente y con las miniaturas a modo de retablo, con una escena superior más grande y varias inferiores a modo de predela, por ejemplo, la que está en la hoja 175 nos encontramos a una mujer orante, que probablemente sea la dama para quien fue hecho el libro.




Anecdotario:

   Recordemos que este tipo de libros junto con los devocionarios, llegaron a estar prohibidos por la Inquisición. Este códice de los Retablos llegó a ser propiedad de una dama que respondía al nombre de Teresa, y justo en una de las hojas donde aparecen las oraciones marianas ha sido expurgado, vamos, dicho de otra forma, enmendado, debido al dogmatismo e intolerancia imperantes en la época, -porque casi todo estaba reconocido como pecado-.

    Su originalidad radica en que las miniaturas tienen forma de retablo, junto con otras añadiduras, como mariposas, pájaros, dragones etc. En algunas de sus páginas tiene la siguiente divisa: “Pour tout mais” – ‘por todo menos’.



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