La última hoja
La última
hoja – (O’Henry)
Corto de café: Esperando la caída de la última
hoja.
Una interminable espera
“En un
pequeño distrito al oeste de Washington Square las calles se han vuelto locas y
se han dividido en pequeñas franjas llamadas ‘lugares’. Estos ‘lugares’ forman extraños ángulos y
curvas. Una calle se cruza a sí misma dos veces”.
Otro día
más abrimos las ventanas para ver el paisaje que nos muestra el rey de las ‘trick
stories’, el hombre que escribía los finales sorpresivos, y tras esos
edificios cuna de artistas plásticos, se encuentran las protagonistas de este
corto de café de hoy, en un barrio neoyorkino donde todo puede pasar, para eso
es la capital del mundo y la ciudad que nunca duerme, así que, acerquémonos
hasta ‘Greenwich Village’ y nos enteraremos un poco más de qué va el
asunto, el argumento en cuestión.
Sue
y Johnsy son dos amigas artistas y residentes en Nueva York, en el conocido
barrio de ‘Greenwich Village’, una es californiana, la otra del estado
de Maine. Durante el invierno una epidemia de neumonía asola a la gran ciudad
Johnsy, nacida en Maine cae enferma, cuando lo normal hubiera sido que cayese
la californiana Sue, menos acostumbrada a los fríos y ventosos días de la
ciudad durante esta época del año.
“Y esa
oportunidad es que ella quiera vivir. Esta manera que tiene la gente de
alinearse en el lado del enterrador hace que toda la farmacopea parezca una
tontería. Su señorita ha decidido que no se va a poner bien. ¿Tiene algo en
mente?
La
joven cree que está en las últimas, y tiene el firme convencimiento que, cuando
caiga la última hoja de una hiedra que puede ver desde su ventana, fallecerá,
se irá de este mundo al mismo tiempo que esa hoja, que le hace compañía durante
su convalecencia (asunto poco probable, según ella). Las hojas de la hiedra van
cayendo despacio, una a una, sin pausa pero con prisa, pero siempre hay una que
se mantiene firme, que parece no importarle nada los fuertes vientos,
manteniéndose integra en la firme posición que tiene adaptada en la rama. La
última hoja parece ser que no está cerca de caer…
Estamos
leyendo un relato de O´Henry, por tanto lo imposible, lo impredecible puede
suceder, ya hemos comentado antes que es el ‘capo’ de los imprevistos, y
la historia nunca será, ni terminará como una se la imagina, y esto que estoy
diciendo no es ningún spoiler, es la pura realidad.
Algo
repentino sucede que lo cambia todo, algo inimaginable e inesperado. La hoja de
hiedra se aferra a la vida de una forma insólita, algo que da ánimos a Johnsy
para continuar adelante en la vida y cumplir uno de sus sueños, pintar la Bahía
de Nápoles.
“Me he
portado mal Sudie, dijo Johnsy. Algo ha hecho que esa última hoja se quede ahí
para mostrarme lo mala que he sido”.
“¿No te
has preguntado por qué no se agita ni se mueve esa hoja de hiedra cuando sopla
el viento?”
Era
la obra maestra de uno de los vecinos de las chicas, uno que se encargaba de
cuidarlas y, de que nunca les pasase nada.
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