Códice Florentino
Códice Florentino
(Laurentino)
Hay personas que te marcan la
vida para siempre, unas para bien y otras para mal. En mis tiempos de
estudiante hubo un profesor que marcó a muchos de nosotros, incluso aquellos a
los que no les gustaba la asignatura que impartía, Historia, donde
siempre tenía la máxima asistencia, y eso que era duro, duro, duro de verdad,
pero el tío era un verdadero crack de la enseñanza, un magister en
estilo puro.
En tiempos pasados hubo
personas que dejaron una buena impronta para la época en que vivieron. Uno de
ellos fue fray Bernardino de Sahagún. Estamos hablando del S. XVI, época
en la que el fraile franciscano realizó varias obras en náhualt,
(microlengua de México) con fragmentos en español y latín, que escribió la Historia
General de las cosas de Nueva España, pero también es denominado Códice
Florentino o Códice Laurentino.
Reposa sus días en la
Biblioteca Laurenciana, situada en la hermosa ciudad que un día casi vuelve
loco a Sthendal, en Florencia (Italia),
que conserva aproximadamente 11000 manuscritos, creada gracias al patrocinio de
Julio de Médicis, más conocido como el papa Clemente VII, así podía mostrar al
mundo el poder de su familia, así que, en este lugar se conservan:
11000 manuscritos.
2000 papiros.
430 straka (fragmentos de cerámica en
donde se escribía los nombres de los que eran condenados al ostracismo).
535 incunables.
1681 libros impresos en el S. XVI + 12657
ejemplares aprox., ahora no estoy muy seguro del S. XVII a la actualidad.
592 publicaciones especializadas.
Entre
toda esta pléyade de ejemplares está este códice que vamos a tratar en la
silenciosa bitácora que nadie lee, donde intentamos informar a ‘gritos’
lo mejor que podemos, aunque, siempre hay un pero. Hay estudiosos y otras
versiones al respecto que afirman, comentan, que podría ser una copia de textos
o documentos anteriores.
Si
queremos comprender cómo era el mundo indígena tan solo tenemos que visitarlo,
pues está disponible en línea (una gran suerte) en la Biblioteca Digital
Mundial.
Fray
Bernardino hizo un gran trabajo de campo, indagando entre los mismos
nativos, siendo de esta forma uno de los antecesores de la etnografía moderna,
pero como mencioné antes este material recogido se trata de ‘copias’ originales,
que como suele suceder en estos casos, se han perdido. Una pena.
Otra
aclaración más, esta información venía por parte de la élite mexicana, además
hay investigaciones que dudan sobre ciertos datos del códice.
El
texto tiene el náhualt en el lado derecho, donde algunas
traducciones al idioma español fueron censurados y escritos por el mismo Fray
Bernardino. Tiene 1300 ilustraciones realizadas por indígenas.
Nos
facilita, ayuda a saber cómo eran las costumbres indígenas. El códice costa de
12 libros, de las que hay varias versiones. Vamos, todo un lujo para mamar de
las fuentes históricas del México antiguo. En la obra de Fray Bernardino (también
con información etnográfica de la época), un hombre que no solamente se dedicó
a las tareas religiosas, también a la investigación, una rama donde los
etnógrafos y antropólogos del mundo tienen mucho que agradecerle.
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