El puñal
El puñal
Minicuentos (8): Seguimos en compañía de Jorge Luis Borges.
Un
preciado objeto
Seguimos
encerrados en la biblioteca del Homero argentino y seguimos pensando lo mismo
cuando uno lee sus escritos, Borges parece y en ocasiones lo es complicado de
entender, pero en este caso, al igual que ocurrió con una de las entregas
pasadas, “El perro de doble cuerpo”, no es así.
Según
J.L.B. el destino del puñal es bien claro, fue hecho para matar, así que,
cualquier otra función que le demos, aunque sea de simple adorno, está fuera de
lugar, por tanto podemos decir que la naturaleza de este objeto es asesina.
La empuñadura del estilete es atrayente para muchos, que te puede dar u
ocasionar malas intenciones, ya sean casuales o intencionales… pero en fin,
todo depende de no mismo, ¿no creéis?, paso a transcribir pues este pequeño
relato del gran Borges y que vosotros mismos saquéis vuestras propias
conclusiones.
“En un
cajón hay un puñal. Fue forjado en Toledo, a fines del siglo pasado; Luis
Melián Lafinur se lo dio a mi padre, que lo trajo del Uruguay; Evaristo
Carriego lo tuvo alguna vez en la mano.
Quienes
lo ven tienen que jugar un rato con él; se advierte que hace mucho que lo
buscaban; la mano se apresura a apretar la empuñadura que la espera; la hoja
obediente y poderosa juega con precisión en la vaina.
Otra cosa
quiere el puñal. Es más que una estructura hecha de metales; los hombres lo
pensaron y lo formaron para un fin muy preciso; es, de algún modo eterno, el
puñal que anoche mató un hombre en Tacuarembó y los puñales que mataron a
César. Quiere matar, quiere derramar brusca sangre”.
En un
cajón del escritorio, entre borradores y cartas, interminablemente sueña el
puñal con su sencillo sueño de tigre, y la mano se anima cuando lo rige porque
el metal se anima, el metal que presiente en cada contacto al homicida para
quien lo crearon los hombres.
A veces
me da lástima. Tanta dureza, tanta fe, tan apacible o inocente soberbia, y los
años pasan, inútiles”.
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