La esfinge

 




La esfinge

 

Corto de café: Las reales irrealidades que uno quiere ver

           

     Seguimos tras los pasos de Poe, intentando buscarle o más bien encontrarle entre las callejuelas del viejo Boston que le vieron nacer. Un autor que es un maestro, no solo del relato corto, sino también un romántico empedernido,  y claro está, un gran narrador de la novela gótica, donde de vez en cuando nos acercamos en esta silenciosa bitácora que nadie lee.

   Atrás quedaron sus amores con Ligeia, junto a esos abrazos, fuertes y amorosos que recibía por medio de las drogas y el alcohol, consiguiendo de esta forma algo muy importante, que todos los fantasmas del mundo se acercaran a él, siendo aclamado entre otros por Lovecraft, Conan Doyle, M.R. James (el otro amigo de los fantasmas), el inolvidable Borges, Faulkner, que todos ellos ya han pasado por estos lares.

Pero vayamos al tema, Ad rem:

     Ya en el comienzo del relato se nos pone en situación, indicándonos con que nos vamos a encontrar, y nos transporta de forma directa a lugar de los hechos, donde ocurren los acontecimientos que vamos a relatar.

            “Durante el espantoso reinado del cólera en Nueva York, acepte la invitación de un pariente para pasar unos días con él en el retiro de su casa de campo, a orillas del río Hudson”.


La extraña oficina de un personaje tan peculiar como Poe

     Cada uno tiene su propia perspectiva, cada uno ve las cosas que quiere ver, e interpretamos todo lo que nos acontece según el punto de vista del momento, donde los acontecimientos nos hacen tener/ver/sentir desde un punto de vista diferente al resto de mortales.

    El narrador, una vez instalado en la mansión cercana al río Hudson en plena epidemia de cólera, ve como poco a poco, amigos y conocidos van falleciendo a consecuencia de la misma. Entre el pánico, miedo y depresión, alucinaciones del protagonista aparte, un día que se encontraba tranquilamente en la gran y surtida biblioteca del amigo, ve cómo se aproxima hacia él una extraña bestia, un monstruo que “ acabaría con él en un santiamén", algo que le llena de pavor.

    Creo que el relato es un poco insípido de principio, aburrido tal vez, sobre todo con la descripción del “monstruo insecto”, con un final del cual esperaba más, eso sí con algo muy importante que resaltar, que es lo que salva al relato, nuestra mente puede ver una serie de “cosas” y el resto de mortales que nos rodean otras, donde Poe nos hace ver sus irrealidades y el miedo que tiene a la muerte, plasmando en el relato sus propios temores e intentando inocularlos también al lector.

    Cuando al final se aclaran las cosas es un poco decepcionante, pues vuelvo a repetir que me esperaba más, y creo que, tiene prisa por terminar la narración, pues queda un poco de “sopetón”. En fin, para mi es de lo más flojo de Poe e incluso, a pesar de la ‘cortedad’ del relato, es aburrido, algo que no me esperaba del maestro, pero todo magister tiene algún que otro borrón, porque para eso somos humanos, por eso a mí el tema de los borrones me da igual. Poe siempre será Poe.



Comentarios

(Entradas más populares) Si te apetece seguir leyendo...