Jane Eyre

 


Jane Eyre – (Charlotte Bronte)

 

Largo de café: Una descarnada historia de amor.

 

En épocas victorianas

 

“No. Usted es menos que una sirvienta porque usted no posee nada. Siéntese allí y reflexione sobre su humildad”.

 

   Jane Eyre está considerada como una de las mejores historias escritas de todos los tiempos, todo un fenómeno literario de su tiempo junto con el consiguiente escándalo, debido al tema que tocaba (entre muchos), una auténtica y verdadera crítica a la situación de la mujer en la famosa y conocida época victoriana.

   Una (descarnada) historia de amor entre el terrateniente Edward Rochester y la protagonista de la novela, nuestra Jane Eyre, que es la institutriz de su hijastra, una pequeñuela de unos diez años llamada Adele. Jane no ha tenido una vida fácil, desde que tenía la edad de su alumna fue criada en orfanatos, donde la vida no era nada sencilla, donde la dureza de la vida no estaba a la vuelta de la esquina, sino que se presentaba con toda crudeza a cada minuto, una institución férrea y miserable que la vio crecer hasta bien pasada la adolescencia. El amor que sienten ambos se verá oscurecido por un tremendo secreto que guardan las paredes de Thornfield Hall, y es que… la mujer de Edward Rochester, que vive en una total demencia, está alojada, encerrada más bien en una de las habitaciones de la casa, es aquí, a partir de este momento donde se desarrolla una de las partes más interesantes de esta narración, a cargo de el Club de Lectura Gijón-Sur, empieza otra de sus fascinantes singladuras en este nuevo curso lector que comienza como siempre, pisando fuertemente el acelerador.

“Pero esto era como decirle al fuego que no arda, tal era mi melancolía”.

   Mujeres férreas, mujeres fuertes que luchan contra la adversidad y, que quieren superarse ante esa papel de segundonas que les impone la pacata sociedad de su tiempo. Publicada en un primer momento bajo el pseudónimo de Currer Bell, debido a que la autora prefirió estar en el anonimato, dicen, comentan, rumorean, se suponen que la obra es en realidad una autobiografía, porque Brontë tuvo un gran amor secreto, un profesor de origen belga llamado Constantin Heger.




Pero… en el tercer piso de la casa siempre se escucha esa risa tan siniestra, que parece sobrenatural, sobrecogedora.

  La pobre Jane siempre vivía con miedos: “Rece, señorita Eyre, cuando está a solas, porque si usted no se arrepiente, algo feo puede bajar por la chimenea y hacerle algún meleficio”.

  El secreto que esconden las paredes de Thornfield Hall poco a poco será descubierto para la buena de Jane, siempre con tesón, luchando por aquello que considera importante en la vida, que es su amor por Edward Rochester. Las reglas son las reglas y siempre deben de ser cumplidas. La obra es en sí una auténtica tragedia donde acaba triunfando el amor.

Ultima verba:

  Podemos decir, así de buenas y primeras, sin temor a equivocarnos, ya que vamos a tiro fácil que, la época victoriana es el periodo más importante, “el más dorado” de la literatura inglesa, con excepción del gran Shakespeare. En el se nos presentan no solo las costumbres, reglas, valores y rasgos (entre otros) de la sociedad del momento, donde un protagonista principal era el héroe que rompía con todo tipo de estereotipos, donde el bien siempre acaba triunfando.

   Hubo momentos que me apasionó, hubo momentos que me agradó y también, hubo momentos en que me aburrió. Ya no podía más con tanta tragedia, con tanta superación y, porqué no decirlo, con tanta pacatería. Todo perdonable, pues creo que era un estilo, la fórmula que agradaba a los lectores de toda una época, donde unos recovecos, los de Thornfield Hall que siempre están presentes, que quedan difuminados como la niebla a lo largo de toda la lectura.

“La pobreza es repulsiva para la gente en general; pero aún lo es más para los niños: ellos no tienen ni idea de la pobreza trabajadora, industriosa y respetable; piensan que la palabra pobreza significa andrajos, alimentos mezquinos, maneras toscas y vicios vergonzosos. Para mí la pobreza es la degradación”.


Charlotte Brontë, la autora de esta reconocida y victoriana novela

Sobre la autora: (Qué podemos decir sobre una autora de la cual se ha escrito de todo…)

  Parafrasearemos lo dicho por parte de la editorial, en mi caso ha sido Mondadori, dentro de su apartado ‘Grandes Clásicos’.  Charlotte Brontë (1816-19855) nació en Thorton, condado de Yorkshire (Gran Bretaña), hija de un clérigo de origen irlandés.

  Tuvo cinco hermanos, de los cuales dos, Emily y Anne, también se dedicaron al mundo literario. La madre murió cuando Charlotte era solo una niña, y el padre la envió junto a sus hermanas, a un sórdido internado en Lancashire, en el que la autora se inspiró para escribir Jane Eyre. En 1854 se casó con un amigo del padre y, estando embarazada, enfermó, muriendo más  tarde de tuberculosis.


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