La bruja de abril
La bruja
de abril – (Ray Bradbury)
Corto de café: Una tarde en compañía de un ser
fantástico.
Me enamoré de
una bruja
“Se posaba en una rana verde, fresca como la menta, a orillas de un charco brillante. Trotaba en un perro zarzoso y ladraba para oír ecos que venían de graneros lejanos. Vivía en las nuevas hierbas de abril, en suaves y claros líquidos que se alzaban de la tierra de almizcle”.
Un hermoso texto de ese hombre que
tenía que alquilar una máquina de escribir para plasmar sus historias al papel,
un hombre que decía que era escritor para poder ver sus libros apoyados en las
estanterías de cualquier librería, pero para hacer compañía a los grandes
maestros, que buscaba la palabra adecuada para rellenar los huecos que hay de
palabra en palabra, aquel que sus historias son tan llanas, sencillas y
diferentes que el resto de autores de su generación, sorprendiéndonos con este
relato salido de su imaginación, que quizás nos pueda dejar un poco perplejos
como es “La bruja de abril”.
Aquí nos muestra a una chica
joven, adolescente, que tiene una serie de poderes y habilidades muy diferentes
al resto de gente que le rodean, podemos decir que es una bruja, y
tiene una familia con unas características digamos que, especiales…
-Quiero
enamorarme.
-Cuidado,
le habían aconsejado. -Recuerda que eres una criatura notable. Toda nuestra
familia es rara y notable. No podemos mezclarnos o casarnos con gente
ordinaria. Perderíamos nuestros poderes mágicos si lo hiciésemos. No te
gustaría no poder ‘viajar’ por medios mágicos, ¿no es verdad? Entonces,
cuidado. ¡Cuidado!
Tienes todos los poderes del mundo
para viajar donde quisieras, puedes convertirte en el animal que te de la gana,
hasta ser una gota refrescante de agua, disfrutar del aleteo de tus alas,
mostrando la belleza de las mariposas, pero sin embargo… no puedes enamorarte,
al no ser que lo hagas introduciéndote en el cuerpo de otra persona. Menuda
tesitura que tienes delante de tus narices, y eso es lo que sucede en este
relato, corto de café del maestro Ray Bradbury, y eso es lo que hace Cecy, ‘la
bruja de abril’, introduciéndose en el cuerpo de Ann Leary, para que se
enamore de Tom, un joven con el que tiene sus más y sus menos, no creáis que le
va a resultar fácil convencerla.
“En las mejillas de Ann brillaban rosados carbones”.
Post
scriptum:
Magnífico relato de corte
fantástico, donde cabe destacar el grandioso talante narrativo del autor,
contándonos como una bruja quiere experimentar la necesidad del amor, la
imposibilidad de una joven bruja de saber que es enamorarse, de disfrutar de
esos momentos que nunca se olvidan en la vida.
Vuelvo a repetir que el maestro de
la sci-fi nos sorprende con este relato mágico que nos transportará hacia otros
lugares, hacia otros mundos que nada tienen que ver con el espacio, porque la
última noche del mundo aún está muy lejana.
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