La última orden

 


La última orden - (Arthur C. Clarke)

 

Corto de café: El último mensaje del presidente.

 

No todo está perdido

 

“Les habla el presidente. El hecho de que estén oyendo este mensaje significa que ya he muerto y que nuestro país ha sido destruido. Pero ustedes son soldados… son los más adiestrados de toda nuestra historia. Ustedes saben obedecer órdenes. Ahora tienen que obedecer la más dura que jamás hayan recibido…”

     Una nave militar en misión por el espacio, con la orden de proteger y defender al planeta Tierra de la gran debacle en la que está inmersa, recibe un último mensaje por parte del presidente de la poderosa nación, una comunicación inesperada y secreta, que hace reflexionar muy mucho a cada uno de los ocupantes del aparato, porque esa resolución final por parte del primero de los dignatarios del país, puede resultar extraña.

     Les propone la misión más difícil de sus vidas, evitar de una vez por todas que ese gran Armagedón que ha comenzado de el paso final, definitivo,  hacia la destrucción total del planeta, una debacle debida al uso excesivo de las armas nucleares, algo que debía pararse, aunque fuera in extremis para volver a empezar la construcción del lastimado planeta desde el principio, acabando con el sinsentido de la misma (guerra nuclear), que los había llevado a tal extrema situación.


Arthur C. Clarke, el autor de este relato que da tanto que pensar, un visionario de su tiempo y también de los nuestros, con unas narraciones atemporales, que nunca pasarán de moda.


Post scriptum:

    Este relato fue escrito en el año 1965, bajo el título en inglés de ‘The last command’, cuando las narraciones de sci-fi estaban en plena edad de oro, y en los momentos cumbres de la lucha por el poder de los dos grandes  bloques políticos (el ruso y el americano) que intentaban dominar el mundo, haciendo y deshaciendo a sus anchas, donde esa espada de Damocles ante una posible guerra nuclear pendía sobre nuestras cabezas, y que un posible apocalipsis mundial podría mandar todo al garete, bonito futuro ante esa catastrófica vista que se nos presentaba de destrucción total, que  fue la que hizo posible la realización de este corto pero interesante episodio.

    El autor de ‘2001: una Odisea espacial’ vuelve a sorprendernos con este relato, que da pie a que pensemos sobre el exceso armamentístico de aquellos tiempos (y también actuales), que en esos momentos era el uso abusivo de las armas nucleares, donde la paz del mundo pendía de un hilo, y la espada de Damocles todavía sigue encima de nuestras cabezas, amenazándonos constantemente.

   En este relato se planteaba la cuestión filosófica de cual podría ser el destino del hombre,  la deriva que llevaba y, finalmente esa resolución final, esa última orden que tanto extrañó a todos. ¿La cumplirías tú?




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