El escudo de la ciudad
El escudo
de la ciudad - (Franz Kafka)
Corto de café: Una visita a la ciudad entre
vetustos callejones.
Manteniendo la memoria histórica
La gente
razonaba de esta manera: lo esencial de la empresa es el pensamiento de
construir una torre que llegue al cielo. Lo demás es del todo secundario. Ese
pensamiento, una vez comprendida su grandeza, es inolvidable: mientras haya
hombres en la tierra, existirá también el fuerte deseo de terminar la
torre.
Las
civilizaciones siempre han seguido adelante hasta que llega su fin, ese parece
ser su triste destino, porque nadie pervive para siempre, nada es eterno, hasta
las piedras tienen pinta de ser mortales. Construimos cosas, intentamos
mantenerlas, conservarlas pero… a veces suceden cosas extrañas. Levantamos
enormes “Torres de Babel” que duren, sobrevivan a nuestra existencia,
haciéndolo en un tiempo récord, para que nuestros ojos puedan contemplarlas y
sucede que a la siguiente generación no les gusta lo que hemos hecho y la sigue
mejorando, así sucesivamente, pero hay casos peores, en ocasiones, tiran todo
lo realizado abajo y empiezan de nuevo, así generación, tras generación, sin
descanso, siempre con la misma rutina. Nacemos, nos reproducimos (construimos)
y después morimos.
“Lo más creíble era que la nueva generación, con sus conocimientos superiores, condenara el trabajo de la generación anterior y demoliera todo lo adelantado, para recomenzar”.
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