Un toque de mal humor

 



Un toque de mal humor – (Ray Bradbury)

 

Corto de café: Un extraño encuentro.

 

Cuando el futuro viene a verte

 

    “Una tarde de mayo que, por lo demás, no tenía nada de extraordinario, Johnathen Hughes se encontró con su destino; le faltaba una semana para cumplir los veintinueve años y el destino venía de otra época, otro año y otra vida”.

 

Introductio:

    Hay encuentros que no son fortuitos, tampoco casuales, te encuentras con ellos de golpe y porrazo, sin esperarlos, de sopetón, en el vagón de un tren, como le ocurre al protagonista del relato, que frente a él se planta un hombre ya entrado en años, sorprendentemente es él mismo, que desde el futuro viene hacerle una advertencia, darle un consejo para que no cometa un error grave, el mismo que él  (vuelvo a repetir que su futuro) ha cometido, porque esa tarde cualquiera puede marcarle para toda la vida, y Johnathen Hughes, un joven contable recién casado tendrá que escuchar a su futuro, que le aclarará una serie de detalles, digamos que… algo perturbadores sobre su futura vida, donde el lado oscuro de la existencia, saldrá a la luz, unas perspectivas muy poco halagüeñas se extienden ante el financiero, que dudoso decide escucharle.

Post scriptum:

    Es un relato sobre viajes en el tiempo y una fecha bien presente en una noticia del New York Times, 2 mayo de 1999, donde se indica que una mujer ha sido asesinada, y el contable es considerado el principal sospechoso, iniciándose en ese momento una conversación entre ambos, ya que esa noticia ha roto el hielo entre los dos, algo o alguien intenta evitar la tragedia.

            Un cuento donde se mezclan la fantasía y la ciencia ficción a partes iguales, resaltando que una tarde cualquiera puede cambiar tu vida, que una tarde cualquiera puede suceder lo imprevisto, y que las extrañas visitas, provengan de donde provengan suelen tener un motivo, en el caso del relato de advertir, y que el futuro, nuestro presente no está tan lejano como parece.

“Los dos hombres volvieron a encontrarse en ese último vagón, que estaba casi vacío. Johnathen Hughes fue hacia él y el anciano siguió con la cabeza baja, negándose a mirarle. Estaba llorando con tal violencia que todo intento de mantener una conversación con él habría sido inútil”.

 

P.D. – Si el futuro viene a verte y llama a tu puerta, no dudes en abrir, que no te dominen las dudas.



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