Puntero izquierdo

 



Puntero izquierdo – (Mario Benedetti)

 

 

Corto de café: El fútbol no lo es todo.

 

Un soborno fallido

 


     Te aseguro que me habló como un padre, pensando, claro, que yo no iba a aceptar. A mí me daba risa tanta delicadeza. Que si ganábamos nosotros iba a ascender un club demasiado díscolo, te juro que dijo díscolo, y eso no convenía a los sagrados intereses del deporte nacional. Que en cambio el Everton hacía dos años que ganaba el premio a la corrección deportiva y era justo que ascendiera otro escalón”. 

 

  Nos encontramos ante un relato más que deportivo, donde se excede más allá de la crónica de un resultado cualquiera, describiéndonos como es el futbol aficionado, lleno de pasión, de ganar por ganar, donde la violencia y la jerga deportiva marcan esta corta historia de Benedetti, caracterizándose por unos personajes muy vivos, donde sus protagonistas solo aspiran a una cosa, dar el paso hacia el futbol profesional.

  En “Puntero izquierdo” comprobamos como es la incertidumbre laboral de ese hombre que, día a día da la vida, entregándose hasta la muerte en ese futbol que tantas pasiones levanta, en ‘Montevideanos’ (1954) encontramos que puede suceder en algunas categorías inferiores de este conocido y practicado deporte, y en este relato, unos directivos deportivos se acercan a un ‘pelotero’ de un equipo inferior y le dicen que no deben de ganar el partido, a cambio obtendrá un mejor trabajo del que tiene actualmente, claro está, visto lo visto (y lo ofrecido), este hombre acepta el trato.

  Es una bue na forma de salir de la miseria económica en la que se encuentra, esa estabilidad laboral que tanto cuesta conseguir, pero ante todo, no debe levantar sospechas, siempre con la vergüenza por lo que tiene que hacer, pero la vida te da sorpresas (eso dice la canción), y nuestro protagonista mete un gol, ante la incompetencia (indolencia) del equipo contrario por hacerlo, es ahí cuando olvida el compromiso adquirido. Al acabar el partido recibe una paliza que le hace ir directo al hospital.

  El asunto no queda así, pues va a peor. Pierde el trabajo actual, pues no puede recuperarse con facilidad de la paliza recibida, eso le llevará tiempo. Esas cosas les pasaba a los futbolistas de hace cincuenta años, donde eran todos unos pobres obreros, sin la jerarquía, gloria y privilegios que gozan los de la actualidad, con dificultades para vivir mejor, sin obtener el status de vida de las estrellas de hoy día, en una situación económica muy depauperada que solo se podía conseguir (en este caso) con el futbol.


“Pero la cosa va a ser después: el período de pases ya se acaba. Sintetizando, que estoy colgado. En la fábrica ya le dijeron a la vieja que ni sueñe que me vayan a esperar. Así que no tendré más remedio que bajar el cogote y apersonarme con ese chitrulo (1) de Urrutia, a ver si me da el puesto en Talleres como me habían prometido”.

(1)   Se refiere a la persona ingenua o con falta de vivez, también es una forma de describir a alguien que es tonto.


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