Democracia electrónica


 


Democracia electrónica – (Isaac Asimov)

 

 

Corto de café: Tú eliges. El libre derecho al sufragio universal.

 

Martes, 4 de noviembre del año 2008…

 


El votante del año:

 

¡El día de las elecciones!

  “Los políticos hablaban del electorado y del vasto cerebro electrónico que tenían a su servicio. La prensa analizaba la situación mediante computadoras industriales (el New York Times y el Post-Dispatch de San Luis poseían cada uno el suyo propio) y aparecían repletos de pequeños indicios sobre lo que iban a ser los días venideros. Comentadores y articulistas ponían de relieve la situación crucial, en feliz contradicción mutua”.

 

Introductio:

  La historia, el relato en sí se basa en una época en que los tiempos han cambiado tanto que, un superordenador (siempre el robótico mundo de Asimov), nuestro conocido Multivac, el que lo sabía todo, aquella máquina que respondía correctamente a todas preguntas complejas que se le efectuase, sería el encargado de hacer las elecciones, escogiendo a un único ciudadano, que sería el votante que, mediante una serie de cuestiones y consultas (analizándolas después mediante su complicadísimo sistema informático), sería el encargado, de forma individual y universal de escoger al nuevo presidente de los Estados Unidos de América, una responsabilidad tan seria que hace dudar al protagonista y elegido, un desconocido hasta el momento Norman Muller, que nota el peso sobre sus hombros. Además, los tiempos en que todo el mundo votaba había pasado a la historia.

   En un tiempo, yo voté también. Me dirigía sin rodeos a la urna, depositaba mi papeleta y votaba. Nada más que eso. Me limitaba a decirme: ese tipo es mi hombre y voto por él. Así debería ser. Tenía ya veintidós años, y voté por Langley. Fue una auténtica votación. Quizá mi voto no contase mucho, pero era tan bueno como el de cualquiera. Como el de cualquiera —recalcó—. Y sin ningún Multivac para…”


"Franchise" escrita por Asimov en 1955 puede darnos la clave a la gran pregunta. ¿Pueden verse perdidos (suspendidos) una mayor  parte de nuestros derechos universales para ser dirigidos y controlados por una máquina?

Ultima verba:

   Señor Norman Muller, en nombre del presidente de los Estados Unidos, tengo el honor de informarle que ha sido usted elegido para representar al electorado norteamericano el día martes 4 de noviembre del año 2008”.

 Una democracia electrónica que puede dar paso a una dictadura también electrónica, donde posiblemente la humanidad tan solo se dejará guiar por los criterios que marque y designe una máquina (programada de antemano según los intereses), en un mundo donde las pasiones, sentimientos y demás, serán borrados por la tecnología. La tecnogobernanza  puede estar a la vuelta de la esquina, y escoge a un anónimo Norman Muller, para extraer de su mente -llena de dudas- los datos que necesita para escoger al nuevo presidente, pues lo más importante de todo (por lo menos para mí), es algo espeluznante, que Muller no sabe en realidad a quien ha votado, y tiene que esperar a que nuestro conocido Multivac analice las respuestas a ese aluvión de preguntas, algunas sin sentido realizadas por la máquina en cuestión, teniendo que perseverar para ver si se cumplen las expectativas hasta el final (como todo hijo de vecino) para saberlo, sembrando de vacilaciones e incertidumbres sus contestaciones, pero el (mal)llamado sufragio universal, una auténtica farsa en este caso, ha cumplido el cometido asignado, y eso a Norman Muller le llena de orgullo.

  “De pronto, Norman se sintió orgulloso, lleno de energía. Ufano y arrogante. En este mundo imperfecto, el pueblo soberano de la primera y mayor Democracia Electrónica había ejercido una vez más, a través de Norman Muller (a través de él), su libre derecho al sufragio universal”.




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