Fénix brillante



Fénix brillante – (Ray Bradbury)

 


Corto de café: ¿Hasta dónde puede llegar la estupidez humana?


 

El germen de Fahrenheit 451

 


“Las puertas de la biblioteca se abrieron bruscamente. Una marea de hombres uniformados de negro penetraron ruidosamente escaleras arriba”.

 

Anonadada  Introductio:

  Esos hombres fueron arrojando los libros que eran arrancados de sus estanterías por la ventana, camino del patio en el más completo de los silencios, un horno portátil los esperaba, una caída sin retorno hacia el más vil de las muertes, siendo consumidos entre terribles llamas.

“De todas las ventanas surgían aterrorizados pájaros, que caían al suelo y eran empapados de gasolina antes de ser arrojados a las destructivas y coloreadas llamas”.

  John Barnes se extrañaba de que no hubiera nadie contemplando tal sublime espectáculo. Este mismo energúmeno de la anticultura lo explica más tarde de forma triunfal. La quema de libros forma parte de un experimento, que si funciona bien será un éxito en todo el país, pero solo lo harán con ciertas categorías de libros.

“Hay que dar nombre a todas las cosas. Los que queman libros son gentuza”.

  

¿Nos estamos acercando hacia esas sociedades distópicas donde los libros están a un paso de dejar de existir? ¿Seremos gobernados por imágenes y políticos que no tienen un mínimo de cultura?

  Al Jefe de Censores de Green Town (Illinois) no le sentaron bien esas palabras, porque la imaginación no era uno de sus mejores amigos -eso les pasa a los que nunca en su vida han tenido un libro entre las manos-, y gritando como un poseso prosiguió con el macabro trabajo, la infame quema de libros, pero todo el mundo que se movía alrededor suyo tenía algo que ver con los libros y eso le extraña, más bien le enfurecía mucho, no sabiendo el porqué.

“¿Cómo pueden estar seguros -dijo- que yo no voy a quemar gente, como ahora quemo libros?”

Ultílogo:

 La biblioteca se ha transformado en un símbolo de lucha intelectual frente al autoritarismo, y al terminar de leer este maravilloso y bello relato hace que me surja una pregunta. ¿Qué pensará Mendel, el de los libros ante este incomprensible comportamiento? Destruir libros nunca protegerá a la sociedad, todo lo contrario, más bien la llevará hacia un total desamparo, algo que muchos líderes políticos esperan, un pueblo sin cultura nunca podrá pensar en obtener respuestas, un pueblo sin libros y bibliotecas será un pelele en manos de aquellos que desean que siempre se permanezca en la ignorancia, y por ende será más fácil de llevarlo directo al precipicio.


 

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