Los ojos culpables
Los ojos culpables – (Ahmed El Qalyubi)
Minicuentos (25): Las
distracciones pueden ser muy peligrosas.
La muchacha de los
ojos bellos
“No hay mayor riqueza que la
sabiduría, ni mayor pobreza que la ignorancia”.
(Las mil y una noches)
Esta es una de las frases que podemos destacar dentro de este conocidísimo libro, siempre en boca de todos, por el cual no pasa el tiempo, es un libro que ha sabido envejecer muy bien, que no pasa de moda y del cual siempre podemos aprender cosas. Esta introducción viene a cuento por el minirrelato de hoy, que no está dentro de las mil noches, pero que merece la pena transliterarlo en esta silenciosa bitácora.
Las
distracciones… pueden ser muy peligrosas, y sino que se lo digan a los
protagonistas de esta pequeña historia.
Cuentan que un hombre compró a una muchacha por cuatro
mil denarios. Un día la miró y echó a llorar. La muchacha le preguntó por qué
lloraba; él respondió:
-Tienes tan bellos ojos que me olvido de adorar a
Dios.
Cuando quedó sola, la muchacha se arrancó los ojos. Al
verla en ese estado el hombre se afligió y le dijo:
-¿Por qué te has maltratado así? Has disminuido tu
valor.
Ella le respondió:
-No quiero que haya nada en mí que te aparte de adorar
a Dios.
A la noche, el hombre oyó en sueños una voz que le
decía:
-La muchacha disminuyó su valor para ti, pero lo
aumentó para nosotros y te la hemos tomado.
Al despertar, encontró cuatro mil denarios bajo la
almohada. La muchacha estaba muerta.
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