Cónclave
Cónclave – (Robert Harris)
Largo
de café: Son hombres de fe, pero también son rivales y, sobre todo tienen ambiciones.
A lo mejor esta entrada puede
contener algún espóiler…
“Extra omnes”
Por mi experiencia, a menudo los
pecados más bajos se cometen por los motivos más elevados.
Introductio:
Terminada de
leer la narración de este espléndido autor, solo puedo decir una cosa, es una
soberbia historia de principio a fin, sin ambages, a cargo del escritor inglés
Robert Harris (uno de mis favoritos), protagonista de grandes historias que ya
han aparecido por este silencioso blog, que una inmensa minoría lee, como “El despertar de la herejía”, y también el que vamos a postear hoy “Cónclave”,
donde se nos mostrará tal y como si estuviésemos presentes en la famosa Capilla
Sixtina, las intrigas y luchas de poder vaticanas, ya que cada facción apoyará
para sentar en la prístina silla de Pedro al miembro, al hombre que más
convenga a sus intereses, todo es cuestión de hablarlo, todo es negociado y
negociable.
Un libro
para los amantes de la vaticanología (una palabra que gusta mucho a Eric Frattini),
muy al estilo de Harris, un estilo y un tema que quizás nos recuerde a otros títulos
como “Las sandalias del pescador”, “Gloria Olivae”,
“Eminencia” e incluso “Lázaro”, aunque me puedo
dejar en el tintero alguno más. La historia se nos puede hacer densa por
momentos (ya avisé que el libro es para fans del tema) y pesado, sobre todo
cuando explica los pormenores de las votaciones, cuando 118 hombres dirimen el futuro
de la iglesia católica con la elección del nuevo papa, con sus intrigas dignas
de ver, de presenciar, en este caso leer, ya que no somos cardenales de la
iglesia, príncipes de Dios, que son los encargados, escogidos y elegidos para
tal misión, donde la traición y las malas artes están a la orden del
día, a la vuelta de la esquina, con unos hombres dispuestos a darte el beso
de Judas en cualquier momento, cuando menos te lo esperes, un cónclave donde
en teoría nadie es de fiar, nadie es lo que aparenta, incluso algunos casi han
perdido la fe, mientras que el resto de humanos esperan ansiosos a las puertas
del Vaticano, en la Plaza de San Pedro, si el humo que va a salir por la famosa
chimenea es blanco o negro, para escuchar de una vez por todas, saliendo de la
intriga del momento la ya famosa frase de “Habemus papam”.
Ultima
verba:
El cardenal Lomeli es una caja de sorpresas,
espía, agente secreto, estadista, decano del colegio cardenalicio, moderador…
Un hombre que se encuentra ante uno de los mayores ‘marrones’ de su ya
dilatada eclesiástica vida, donde tendrá que separar con buen ojo las ovejas de
las serpientes, pero ¿quién es el valiente que mete la mano en semejante nido
de víboras?
Un Harris que muestra a los cardenales
tal y como son, como hombres mortales, con esos defectos y virtudes (ese es lo
malo de ser mortal) que todo hijo de vecino tenemos, sin excepción alguna, cada
uno comprometido con un tipo de lucha diferente, política, económica, religiosa,
ambiciones que están a la vuelta de la esquina, o al final de cualquiera de los
largos y fríos pasillos vaticanos, con un final apoteósico, lleno de chiribitas,
con fuegos artificiales para nada falsos, uno de esos que te dejan un buen
sabor de boca, y que tanto gusta al lector, por eso Harris se ha convertido en
uno de mis escritores favoritos. Para finalizar me gustaría resaltar un punto
más para el futuro lector, atención a la aparición en el libro en un inesperado
momento de un cardenal apellidado Benítez.
A partir del fuste torcido de la
humanidad nunca pudo crearse nada recto
(Kant)
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