15 frases del libro: "Una velada en la librería Morisaki"

 


15 frases del libro:  Una velada en la librería Morisaki

 

 

Buscando libros en el interior de Jimbocho:

 

    No hace mucho tiempo estuvimos de turismo buscando libros de lo viejo en el barrio tokiota de Jimbocho, y en sus entrañas conocimos la librería de Satoru Morisaki, además como nos  mató la curiosidad entramos para ver que se  cocía en su interior, encontrándonos con una de esas historias feel good, que nos llenan de paz, tranquilidad, donde el buen rollo y la superación personal nos emocionaron a partes iguales, y hubo frases durante la lectura que nos llamaron mucho la atención, y como de vez en cuando hacemos en esta silenciosa bitácora que nadie lee nos gustaría transcribirlas, para ver que os parecen.

1.      Porque una librería, descubre, está poblada de historias; no solo las que esconden los libros, sino también las de quienes la frecuentas. Y esas historias crean lazos.

2.      Una librería es un lugar que vende libros a la gente que los necesita.

3.      A medida que iba leyendo en los libros acerca de todo tipo de amores, comencé a pensar con mayor intensidad que tenía que tratar con mucho más cuidado mi propio amor.

4.      Tengo lugares a los que me gusta ir y personas a las que me gusta ver. Un lugar donde aceptan mi yo natural.

5.      Pues verás, resumiendo mucho, quiere decir que en nuestra vida cotidiana no debemos fijarnos solo en aquello que tenemos a plena luz, sino que hay que dirigir la mirada hacia las sombras, porque allí se encuentra oculto cierto sentido estético que, si lo captamos, nos hará sentir en nuestra propia piel el concepto tradicional de las artes japonesas. (Elogio de la sombra).

6.      Parece que hoy era un día en que la parte negativa estaba en buena forma y la positiva llevaba las de perder.

7.      Tomo-cham continuaba con la vista clavada en el libro. Eso debía ser lo que llaman “huir de la realidad que tienes ante los ojos”.

8.      Además, las calles estaban llenas de hojas de árboles caídas y las ramas medio desnudas apuntaban avergonzadas hacia el cielo.

9.      Expresar los propios sentimientos parece algo sencillo, pero en realidad suele resultar una tarea inesperadamente difícil.

10.  Incluso pensaba que, tratándose de la tía Momoko, podría echar de una patada a la Muerte mientras se reía a carcajadas, sin dejar ni su sombra. Cualquiera que la viera habría pensado lo mismo.

11.  Cuando estés triste, no tienes por qué aguantarte. Llora todo lo que quieras. En toda la vida que te queda por delante te encontrarás con otros momentos tristes. Andan por ahí rondando por doquier. Así que no intentes huir de la tristeza y, cuando te veas en un momento como esos, llora todo lo que sea y sigue adelante acompañada de tu pena. La vida consiste en eso.

12.  Todavía flotaba en la habitación el olor de las flores de osmanto y pude percibirlo entre sollozo y sollozo.

13.  Las personas van desapareciendo de este mundo, pero las estaciones vuelven una y otra vez incansables.

14.  Las personas vamos olvidando muchas cosas. Gracias a olvidar muchas cosas, podemos seguir viviendo. Sin embargo, las cosas que nos marcan el corazón son como las olas que van dejando un rastro sobre la arena y siempre están ahí.

15.  Esta es nuestra pequeña librería de segunda mano, en el barrio tokiota de los libros de viejo. Una librería repleta de los profundos recuerdos de muchas personas.


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