El espejo y la máscara
El espejo
y la máscara – (Jorge Luis Borges)
Corto de café: Tres poemas
con un inesperado final.
Una oda a la
victoria
Esta
entrada contiene spoilers:
Librada la batalla de Clontarf,
en la que fue humillado el noruego, el alto rey habló con el poeta y le dijo:
—Las proezas más claras pierden
su lustre si no se las amoneda en palabras. Quiero que cantes mi victoria y mi
loa. Yo seré Eneas; tú serás mi Virgilio. ¿Te crees capaz de acometer esta
empresa, que nos hará inmortales a los dos?
Entiendo
que el universo de Borges puede ser algo complicado de entender, lo mismo que
su escritura, en primer lugar debido a su gran conocimiento, quizás con Umberto Eco y alguno más sea uno de los hombres más inteligentes de su tiempo y, en
segundo podemos decir que, nuestro Jorge de Burgos, particular personaje donde
los haya, era como era, así tal cual, sin imitación alguna.
En
el universo de Borges nos podemos encontrar con varias cosas, esos textos,
lecturas que buscamos con avidez, donde se nos vaya revelando poco a poco aquel
párrafo que nos muestre lo completo y absoluto, junto con aquellos objetos que
nos crean obsesiones destructivas, un ejemplo claro de esto lo tenemos en “El Zahir”. Así que, la búsqueda de ese texto perfecto se puede encontrar en el
cuento que hoy colgamos en este post, dentro de la silenciosa bitácora que
nadie lee.
Tras
una magna victoria un poderoso rey manda acudir ante su presencia a uno de sus
mejores poetas, con el fin que le haga una oda en la que haga más grande aún su
victoria, una que sobreviva a los siglos. El bate acepta el reto y quedan en
reunirse un año más tarde para ver el resultado, presentándole un poema que
podemos decir es perfecto. El rey agradecido le entrega un espejo de
plata, citándole con un nuevo poema para el siguiente año.
Ese
año pasa más rápido de los esperado y el poeta vuelve a cumplir con su palabra,
ya que nunca se debe fallar a un rey, mucho menos a uno como a este Rey,
poderoso como ninguno.
El rey, a
quien lo fatigaban fácilmente los discursos largos y ajenos…
El
poeta volvió con una nueva oda, una que no era tan perfecta, tan precisa como
la anterior, pero sin embargo había conseguido algo muy importante, llenarla
de perfecta imperfección, algo que ni el rey, ni los sabios ni cortesanos
de su entorno pudieron poner ninguna pega. El monarca satisfecho por la entrega
recibida le regala una máscara de oro, pero… nuevamente le encarga un tercer
poema, cuya entrega como siempre, sería al cabo de un año.
Pasado
un año, el poeta vuelve a la corte del gran rey, pero esta vez la
entrega no viene completa, tan solo ha escrito una línea.
Sin
animarse a pronunciarla en voz alta, el poeta y su rey la paladearon, como si
fuera una plegaria secreta o una blasfemia. El rey no estaba menos maravillado
y menos maltrecho que el otro. Ambos se miraron, muy pálidos.
El
rey conmovido le entrega una daga con la que el poeta se suicida, mientras que
él se convierte en un mendigo, recorriendo los caminos de lo que antes era su
reino, eso sí, sin pronunciar jamás el poema final.
Post scriptum:
Otro
sorprendente cuento del Homero argentino, publicado en 1975 dentro de la
colección de cuentos “El libro de arena” y, como pasa en algunos
escritos de Borges tiene similitud con otros relatos. Un texto muy borgeano con
tintes de fábula clásica.
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