El ángel del ático
El ángel
del ático – (Tenneesse Williams)
Corto de café: En la pensión de la calle Bourbon.
Aquí no hay
quien viva
“La
desconfianza es la enfermedad laboral de las caseras, y el largo contacto con
ellas me ha dejado un oscuro sentido de culpa del que probablemente nunca me
libraré. El trauma inicial al respecto me lo produjo una casera que tuve en el
viejo Barrio Francés de Nueva Orleáns cuando yo tenía escasamente veinte años.
La mujer era el arquetipo de la casera desconfiada”.
Un
transparente ángel gris que aparece por las noches en el hueco de un ático
debajo de la claraboya, en una sucia pensión donde un joven periodista pasa
tristemente sus días, en la pensión de una tacaña y malhumorada casera, en
compañía de unos extraños huéspedes, destacando entre ellos una viuda
hambrienta y un joven caricaturista comido por la tuberculosis, en una historia
simplona que puede resultar aburrida para el sufrido lector, carente de
estímulos para seguir leyéndola si este
corto relato tuviera unas páginas más, decidiendo de golpe y porrazo, me
refiero al narrador de esta historia que, los días en esa pensión habían
terminado.
Ultima verba:
Si lo llego a saber no me siento a leerla,
tenemos muy poca vida y muchos textos por leer, encontrándonos con un relato de
Tenneessee Williams que pasará sin pena ni gloria por esta silenciosa bitácora
que nadie lee, y debido a esta insulsa historia, se me han quitado las ganas
(de momento) para seguir leyendo algo más sobre este autor, que me ha
defraudado bastante, aunque tengo que decir que un título o un relato, como ha
sido el caso, no tienen por qué justificar la obra de un autor.
Ya
se que ha sido galardonado dos veces con el Premio Pulitzer de teatro en
dos ocasiones, una por “Un tranvía llamado deseo” y por “La gata sobre el tejado de
zinc”, pero a mí en estos momentos me da igual como se columpie la gata
o quien ha sido el último tonto en perder el tranvía, este autor será mejor
dejarlo para otro momento, para una mejor ocasión en donde las caseras tacañas
y avaras no me estén tocando las narices. Dicen que Tenneessee significa lugar
de encuentro y río tortuoso, como tortuosa ha sido para mí la lectura de este
relato, esperaba algo más.
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