El loco de Dios en el fin del mundo

 



El loco de Dios en el fin del mundo – (Javier Cercas)

 


Largo de café: Una pregunta muy delicada de responder.


 

El viaje papal a Mongolia

 


“En otras palabras: como el coraje físico o la energía nuclear, la religión sirve para lo mejor y para lo peor”.

 

Introductio:

   Un poco antes de que el papa Francisco realizase uno de esos viajes hacia la llamada periferia del mundo, dígase Mongolia, Javier Cercas, reconocido autor, y al mismo tiempo ateo y anticlerical es invitado a escribir un libro sobre el viaje, donde el Vaticano y su correspondiente editorial no le pondría ningún tipo de censura, ni reparos, tampoco le cerrarían puertas.

  Tras las primeras dudas e indecisiones iniciales y pensarlo mucho decide hacerlo, pero a cambio pondría sobre la mesa dos condiciones sine qua non. La primera es estar a solas un minuto con el papa (no necesita más tiempo), y es para realizar el segundo punto innegociable, hacerle una pregunta al cabeza visible de la iglesia, cuya respuesta tiene que llevar en persona a su madre, que tiene 92 años y padece Alzheimer y es la siguiente: La pregunta del loco sin Dios al loco de Dios, una cuestión que tiene que ver con la resurrección de la carne y la vida eterna, “si cuando muriera su madre podría ver a su padre más allá de la muerte”. Una pregunta que se repite hasta la saciedad y llega a cansar al lector.

   El libro (para mi gusto bastante pesado y repetitivo), hablará y versará sobre diferentes temas como periferia, Sínodo, sinodalidad, encíclicas, ecologismo, el anticlericalismo del papa, donde nos encontraremos con el conocido lenguaje de la iglesia (que puede resultar cansino página tras página), viejo, oxidado, cursi e incomprensible para el ciudadano de a pie, ese vocabulario en el cual están enrocados y es muy difícil de cambiar.

“El secreto de Bergoglio es que es un hombre normal y corriente”.

Cercas nos presenta al papa como un hombre normal y corriente, que nunca esconde sus defectos ni sus errores, un ser que como decía Platón tenía la cualidad de ser un líder, por una sencilla razón, ‘no quería serlo’, además se reconocía un pecador, y siempre pedía que rezasen por él. Ahora la historia seguirá llenándose de personajes muy humanos que nunca escondieron sus defectos, mostrándose siempre tal como eran, el papa Francisco, Maradona (el más mortal de todos los dioses), el Homero argentino Borges, sin olvidarnos del genial  ‘El Mudo’ Gardel.




Ultílogo:

  Un viaje a Mongolia que resultará bastante pesado, anodino, trivial, donde se dice y no se dice nada, unos pormenores todavía mucho más pesados que los argumentos anteriores, como el libro, que se puede convertir en una auténtica losa, al cual le sobran la mitad de las páginas (esto lo digo de todo corazón), y solo cobra interés al final del mismo, donde se responde a la pregunta que Cercas comenta al papa, a la cual da vueltas y más vueltas sin sentido alguno, mareando la perdiz, aburriendo hasta el más santo, entrándote unas ganas  tremendas de huir, para desaparecer en la enorme y vasta meseta mongola

   Debo de ser de los pocos a los que no le ha gustado el libro, y eso que en todos estos años, en la silenciosa bitácora hemos publicado bastantes reseñas al respecto (porque nos va el tema, eso no lo podemos negar), pero esta vez no ha sido el caso.

P.D. Aunque en el libro se puede entrever el porqué de la portada tengo que decir una cosa, es bastante horrible de por sí, para espantar al más osado, pero Javier Cercas gracias a su trabajo es un autor que no necesita ningún tipo de portada, se vende solo.


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