Premonición



 

Premonición – (Khamila Shanshe)

 

Corto de café: Una presencia que nunca se va, una palabra que siempre se repite…

 

Fantasmas ingleses (4):

 

¿Qué hacen los fantasmas cuando no están contentos?

 


  “No creo en fantasmas dijo Khalid en su primer día como guarda de seguridad en el castillo de Kenilworth. (…) Pero cuando pase algo curioso que no sepas explicar, tu solo acuérdate de que los fantasmas aquí no son malos”.

 

Introductio:

  Hay lugares donde cuando cae la noche suceden casos y cosas curiosas, extrañas e inexplicables, se mueven los objetos sin forma aparente, entes a quien no les gusta que la gente more, pasee o deambule por el pasillo (en el que él se encuentra) a ciertas horas digamos que nocturnas, un lago del que todo el mundo habla, comenta y rumorea, debido a los muertos que se hallan en el interior del mismo…

   Volvemos a repetir la pregunta del principio. ¿Qué hacen los fantasmas cuando no están contentos? Para ciertas historias no hace falta usar la imaginación, vienen ellas solas sin que tu las llames, (como sucede en el relato), y eso también pasa o le pasa a Khalid, el vigilante de seguridad de este misterioso castillo lleno de historia, más conocido como Kenilworth, ya que la noche da para mucho, pero cada vez que cogía la linterna y hacía su ronda nocturna, siempre presentía esa ‘sombra’ que le seguía a todas partes, que siempre estaba detrás de él, imposible, incasable e inagotable, con la intención de quebrantarle los nervios, además, ante sus ojos siempre se alzaba la misma palabra “Premonición”.

  Khalid era un hombre que desertó de su tierra buscando un futuro mejor, una vida un poco más cómoda dejando atrás casa, amigos y familia, pero a pesar de la distancia, de forma extraña, siempre parece sentir la presencia de su hermana, aquella que no estuvo conforme con la marcha del hermano hacia la frías tierras británicas.

Ultílogo:

  Esas ruinas en las cuales trabajaba le estaban volviendo loco, esas milenarias murallas (estamos hablando año arriba año abajo del 1120) parecían indicarle algo, un torreón en el que siempre se fijaba, finalmente una puerta que nunca se había abierto decide que se conozca su interior, y en el momento en que Khalid la atraviesa, la traspasa no sé si movido por la curiosidad o la consabida estupidez humana… una vida quedará encerrada para siempre, quedando en una clausura eterna, donde la soledad será su única y solitaria amiga.

“La puerta de esta estancia. ¿Sabes de dónde procede?

  


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