Guapeza valenciana

 



Guapeza valenciana – (Blasco Ibáñez)

 


Corto de café: Una reunión bastante interesante… y peligrosa.


 

El asunto no puede acabar bien


 

Cuentos valencianos (8):

 

   "Buenos parroquianos tuvo aquella mañana el cafetín del ‘Cubano’. La flor de la guapeza, los valientes más valientes que campaban en Valencia por sus propios méritos; todos cuantos vivían al estilo de caballero andante por la fuerza de su brazo, los que formaban la guardia de puertas en las timbas…"

 

  En este ‘oscuro’ relato, Blasco Ibáñez nos introduce en el mundo del hampa valenciano, ese que lucha por el dominio del territorio ‘honradamente a su manera’ para ganarse las calles. Hombres hechos y derechos, hombres hechos así mismos, la flor de la guapeza, que todo el mundo admiraba de forma entusiasta, y esa reunión convocaba a un montón de caras famosas, reconocidas por toda la capitalidad de cabo a rabo, no faltaba absolutamente nadie en el cafetín del ‘Cubano’.

“Los hombres cuánto más hombres, más serios para ganarse la vida”.

  La buena armonía reinaba en el ambiente, en especial entre dos bandos muy enfrentados, el ‘Pepet’ y los ‘Bandullos’, una familia (hermanos para más señas) que nunca fueron muy de fiar. Entre risas y aguardientes se pasaron la mañana, siempre en compañía de sus respectivas cohortes, compuestas de amistades, secuaces y lacayos de la peor calaña, pasándolo pipa con sus historias hasta la hora de la comida, donde darían cuenta de una gran paella que les quitaría el hambre, pero a medida que avanzaba la tarde, apareció de la nada y como arte de magia ese incidente que dio al traste con todo, surgiendo un hombre gravemente herido y otro con dos metros de tierra encima, pero al muerto le faltaba un miembro, un órgano que ahora estaba en poder de los conocidos y famosos ‘Bandullos’

“Y desliando un trozo de periódico arrojó sobre las sábanas un muñón asqueroso cubierto de negros coágulos”.



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