Huyen de mi quienes antes me buscaban

 

Hay lugares encantados

“Huyen de mi quienes antes me buscaban” – Sarah Perry

 

Corto de café: Cuando dos amigas conversan…

 

Fantasmas ingleses (1)

 

Una restauración de pesadilla             

 

“La historia de siempre. La abadía ya olía un poquito a chamusquina: uno de los monjes se había ahorcado en el claustro, un pecado imperdonable, desde luego. Contaban que sus hermanos lo llegaron a despreciar tanto que al final ni lo miraban a la cara, y al diablo con la tolerancia cristiana”.

 

Introductio:

   Esta temporada sigo estando atrapado entre las góticas épocas victorianas , y esos fantasmas ingleses, siempre acompañados de leyendas de épocas más modernas, porque los fantasmas también se actualizan, estando acordes con los tiempos que vivimos. Creo que era Dickens, (perdonarme si me equivoco) quien decía que no había una buena casona inglesa, mansión o similar que no presumiera de dos cosas, una gran leyenda a sus espaldas, junto a un mejor fantasma que atormenta a sus pobladores día y noche, llenando los sueños de inquietud.

    En este relato en cuestión, dos amigas de toda la vida se reúnen para hablar de sus cosas, pero hay una de ellas que “tiene cuerda para rato”, porque ha contar historias no la gana nadie, decidiendo contar una de ellas, ocurrida de forma reciente a su compañera del alma, que trata sobre una conocida común que hacía tiempo que no veían, que entró a trabajar en la conocida mansión de ‘Audley End’, para realizar un trabajo de restauración en un panel de madera, que arrastra una serie de desgracias, unas extrañas muertes en trabajadores que han tenido acceso o cercanía con el mismo.

    El gran panel jacobino que restauraba la pobre protagonista de la historia volvió hacer de las suyas, cobrándose una nueva víctima, y la leyenda sobre la que estaba construida la casa, un antiguo monasterio (maldito según las habladurías populares) siguió creciendo, mientras que el antiguo terreno consagrado, junto con sus antiguos monjes, entes ya inexistentes, eso parece a la vista de todos, siguió siendo aún más maldito, endemoniado, donde un ahorcado religioso, renegado por la congregación de frates, seguirá pululando por la conocida mansión,  sin que nadie haga algo por remediarlo, pues es una misión imposible.