Encuentro nocturno
Encuentro nocturno – (Ray Bradbury)
Corto
de café: Un extraño encuentro en una solitaria carretera.
Un paseo por Marte
“Ya nada me sorprende -prosiguió el
viejo-. Miro y observo, nada más. Si uno no acepta a Marte como es, puede
volverse a la Tierra. En este mundo todo es raro; el suelo, el aire, los
canales, los indígenas (aun no los he visto, pero dicen que andan por aquí) y
los relojes. Hasta mi reloj anda de un modo gracioso. Hasta el tiempo es raro
en Marte. A veces me siento muy solo, como si yo fuese el único habitante de
este planeta; apostaría la cabeza”.
A lo mejor
es que todo es cuestión de saber cómo se mira tiempo…
Nos vamos ha adentrar en uno de los
relatos que componen las “Crónicas marcianas” de Bradbury,
donde se nos narra la historia de un viajero, que en su camioneta recorre una
solitaria carretera abandonada de Marte, y cuando se detiene a descansar en una
loma para contemplar el paisaje, tiene un encuentro con un marciano. Junto a
una taza de café (como los subtítulos de nuestras particulares entradas) entablan
conversación, dándose cuenta que no ven lo mismo ante el panorama que hay
delante de sus ojos, y llegan a una serie de conclusiones.
En un primer apartado podemos decir
que están en el mismo lugar, pero no en el mismo momento, desde el punto de
vista del humano el marciano es el pasado, mientras que viéndolo desde la
situación del alienígena, el humano es el futuro. La sangre no llega al río, no
van a discutir por semejante nimiedad, dando igual lo que sea cada uno
de ellos, son como son y punto, cada uno bien diferente del otro, empezando una
buena parrafada llena de amistad y camaredería, que recordarán toda la vida.
Ultima
verba:
Es un relato que nos presenta un tiempo
dentro de otro tiempo, donde los personajes pueden ser al mismo tiempo
reales e irreales, pero que pueden interactuar entre ellos, donde cada uno ve
las cosas (en este caso el paisaje) desde diferentes puntos de vista, desde la
posición real (marciano-humano) que ocupa cada personaje en la narración,
donde cada uno tiene su verdad, como ocurre en la vida misma,
encontrándonos con un mundo mágico y onírico a la vez, donde no sabemos
dónde está la realidad o si estamos perdidos en la nada, como en el paisaje
planetario que nos muestra Bradbury.
Post
scriptum:
El hombre nacido en “El Estado de
la Pradera” dígase Illinois es mundialmente famoso por “Farenheit 451” y
“Crónicas marcianas”, con una colección de fanáticos, que comparten
mutuamente sueños y aventuras espaciales en el (des)conocido Marte, en una
apacible comunidad de amantes de la sci-fi, siendo un verdadero influencer (que
poco me gusta esta palabra salida de las ‘modernidades’), cuando todavía no
existía esta mierda -con perdón- de las redes sociales, siendo un
verdadero defensor de las exploraciones espaciales y de los avances
científicos, todo un crack, dejando un gran legado a sus espaldas.
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