Nubosidad variable

Nubosidad variable – (Carmen Martín Gaite)

 

 

Largo de café: Una amistad muy epistolar.

 

Cuando la nubosidad no es nada variable

 

“Vaya, menos mal que hay una persona que se aísla en medio de la barahúnda, en vez de dar besos a diestro y siniestro”.

 

Summarium:

    Una amistad que permanece con el paso de los años, porque Sonia Montalvo y la psiquiatra Mariana León vuelven a reencontrarse en una exposición, tras un montón de años de separación. La primera vive una anodina vida como abnegada esposa y madre, dedicada por entero a su familia, dejando atrás sus sueños e ilusiones juveniles, aparcándolos por lo que ella consideraba otras prioridades, y ahora digamos que se encuentra algo vacía, sobre todo porque su marido no le hace caso y los hijos ya han volado del nido, y solo vienen cuando les interesa, mientras que la segunda, con una vida amorosa de cuidado -un verdadero berenjenal-, es incapaz de poner un poco de orden a su existencia, y eso que es una afamada psiquiatra, con un extenso bagaje en las espaldas, lleno de éxitos, junto a una clientela fiel que la admira como profesional.

   El dichoso y caprichoso azar, el maldito destino, quiso que coincidieran en un cóctel, estableciéndose entre ellas una relación epistolar, en donde se van comentando las cosas, esos aspectos del día a día, que aunque sean en ocasiones muy prosaicos las mantiene unidas, pero en ellas (las cartas) vamos descubriendo al mismo tiempo la destrucción psicológica de Mariana. En “Nubosidad variable”,  nos encontramos a dos escrituras diferentes (como las vidas de cada una de las principales protagonistas), dos vidas totalmente distintas, que intentarán ‘acercarse’ tras treinta años de alejamiento por culpa de las circunstancias de la vida, que quita pone y dispone siempre a su antojo, nos guste o no, porque ella es verdad quien mueve las fichas en el tablero donde se juega nuestra existencia, todo eso acompañado de un montón de situaciones surrealistas, muy de la época en que se desarrolla la historia, aunque hay circunstancias que nunca pasan de moda, siempre siguen latentes, sin importarles el paso del tiempo.

“Todo en la vida es cuestión de tuberías, eso ya se sabe, y hay que aceptarlo…”

Carmen Martín Gaite, la autora de este "nuboso" intercambio epistolar

Post scriptum:

  Una psiquiatra que vive en las nubes, en esa jauja imaginaria que está escondida en cada uno de nosotros, donde una enorme ballena nada a su antojo, que nos lleva a una infatigable agonía, sobre todo a los seres que nos/les rodean, en una alfombra mágica de la que es imposible bajar, en un desorden que para Mariana es incontrolable, en una confusión nada llevadera.

Ultima verba:

   A mi me gusta inventar palabras (palabros), publicar post en este silencioso blog que nadie lee, y escribir historias rematadamente rockandbolescas que no publica ninguna editorial, siempre intentando apartar de la mejor manera posible esas nubes para nada variables que se (inter)ponen en mi camino, para tocarme las narices muy de vez en cuando, intentando atormentarme la vida, trocitos de nuestra existencia que nada ni nadie nos debe de amargar, esto es demasiado bonito para dejar que los problemas diarios nos incordien, de momento mis problemas son totalmente diferentes a los que sufre la Dra. León.

“En este mundo de espejos hechos añicos, la paz es un lujo efímero”

Club de Lectura Asempa