Papá Noel duerme en casa
Papá Noel duerme en casa – (Samantha
Scheweblin)
Corto de café: Una inesperada visita.
La
furia de las pestes
“La navidad en que Papá Noel pasó la noche en casa
fue la última vez que estuvimos todos juntos; después de esa noche papá y mamá
terminaron de pelearse, aunque no creo que Papá Noel haya tenido nada que ver
con eso”.
Retornamos a los
cuentos navideños.
Introductio:
No
voy a alabar aquí la excelencia de los grandes relatistas latinoamericanos, pues todos les conocemos, como
Borges, Julio Cortázar, Ribeyro, Bioy Casares, porque la lista podía
llegar a ser bastante extensa, debido a la gran calidad que atesoran, y ahora, podríamos
añadir sin ningún género de duda a Samantha Scheweblin, la escritora argentina,
que nos sorprende con una historia que da mucho de sí, “Papa Noel duerme en
casa”, donde una particular Navidad es vista a través de los ojos de un
niño, un pequeño chaval que por suerte, todavía no ha perdido la inocencia, a
pesar de los problemas que le rodean…, desestructuración familiar aparte, pero todavía,
sigue creyendo en la Navidad a pies juntillas.
Nos
encontramos con una historia navideña atemporal, una sucesión de situaciones
que podían ocurrir en cualquier parte del mundo (que sí ocurren, para qué
negarlo), donde la ficción poco a poco se va convirtiendo en la más pura de las
realidades, ya sabéis lo que dice esa manida frase, “la ficción nunca supera a
la realidad”. El chico va viendo cómo en esas navideñas fechas su mundo se va
trasformando de una manera imprevisible, porque la palpable realidad siempre es
lo que es, pero él, siempre la sigue viendo bajo la mirada comprensible de un
niño.
Un regalo
de Navidad que nunca llega, ese deseado coche autodirigido, mientras que su
familia se desarma porque el control remoto que debería dirigirla está roto
hace mucho tiempo.
Ultílogo:
Una carta
que Papa Noel es muy posible que no lea y, tampoco recibido, mientras que el
hombre más importante y famoso de la Navidad, llama a la puerta de su casa, para
dormir esa noche en ella, y es justo en ese momento cuando todo sale a la luz,
comprendiendo que, en cada casa, en cada
hogar, la Navidad se vive desde perspectivas diferentes, porque los balcones
del hogar nunca están construidos hacia delante, que es el lugar por donde cada
mañana entra el sol, sino en la parte trasera de las casas, donde las sombras y
las miserias humanas siempre hacen acto de presencia.



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