El acercamiento a Almotásim

 


El acercamiento a Almotásim – (Jorge L. Borges)

 

Corto de café: ¿Quién escribió en realidad El Quijote?

 

Una búsqueda ineludible


 

“Su protagonista visible -no se nos dice nunca su nombre- es estudiante de derecho en Bombay. Blasfematoriamente, descree de la fe islámica de sus padres, pero al declinar la décima noche de la luna de muharram, se halla en el centro de un tumulto civil entre musulmanes e hindúes”.

 

Introductio:

   A todos nosotros nos gustaría traspasar ciertos tipos de puertas que nos llevasen a lugares inimaginables, como introducirnos en el interior del armario de Narnia, traspasar la famosa puerta verde, franquear el otro lado del espejo y, por último, leer a Borges. Recordar, que hasta hace muy poco tiempo, el espíritu santo era argentino, Dios, Maradona y Borges.

     Una vez entrado sin miedo en el umbral de la fantasía, leeremos un relato que pertenece a esa serie de cuentos fantásticos que podemos leer en “El jardín de los senderos que se bifurcan”, pero en “El acercamiento a Almotásim”, nos remitirá a una corta narración que, es un cuento que está dentro de otro cuento, y con un matiz policiaco, sin olvidarnos tampoco de lo existencial y filosófico.

Argumentum:

   Un hombre cree que ha matado a otro y emprende una búsqueda, convirtiéndose en un buscador buscado, en la que ira en busca de la Verdad (algo que en algún momento de nuestra vida hemos hecho). Este buscador sube escaleras y más escaleras, alguna sin tramo -como las de Escher, ascendentes y descendentes-, (que utilizaba la escalera de Penrose, es decir las ilusiones ópticas como fuente de inspiración), donde al final de la misma se encuentra con un ladrón de cadáveres, y como los textos de Borges te llevan a otros, esta parte me ha recordado a Rashomon’ de Akitawa Ryunosuke, que le comenta su rencor hacia otros ladrones, por lo que al día siguiente, al despertarse decir ir tras Almotásim, hasta que por fin el estudiante lo encuentra e invita al joven buscador a entrar, traspasando esa puerta que comentábamos al principio de esta recensión.


Las escaleras de Escher, que siempre suben y nunca bajan o... ¿quizás sea al revés?

Post scriptum:

  Es la búsqueda de uno mismo, ir al encuentro de nuestro propio yo, pero también hay luz, porque podemos ser esa luz para los demás, también hay otro punto que no quisiera pasar por alto, todos buscamos ayuda, todos buscamos refugio.

   Las escaleras me recuerdan a Esquer (aunque eso ya lo he comentado antes) y su mundo, escaleras que suben y bajan de manera interminable, que no nos llevan a ninguna parte, escaleras como el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, de la conocida serie bibliográfica y peliculera de Harry Potter, que también cambian su destino llevando a los alumnos hacia ninguna parte.

   Cuando terminaba este párrafo se me ocurrió una idea más respecto al mismo, quizás nos podemos encontrar en la lectura al lector leído, al lector escritor o quizás… ¿A Borges no le gustaba para nada ‘El Quijote’?

Ultílogo:

 Son esas escaleras que nos pueden llevar hacia un ignoto lugar, la de convertirnos en seres espirituales superiores, siendo una fuente de mezclada entre espiritualismo e idealismo, pero con estas palabras no estoy hablando de la escalera de Jacob. ¿No os recuerda su lectura en algún momento a Lovecraft? Ahí lo dejo.


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