Con las manos en la masa (en el libro)
Dicen que Barter Books es una de las diez librerías más bonitas del mundo y está situada en Alnwick-Reino Unido, y hasta tiene un pequeño trenecito que recorre la parte superior de las estanterías, muy original y acogedora, un buen lugar para "poner las manos en la masa".
Articulando palabras: (3)
Todos los años por estas fechas muchos blogeros solemos colocar una entrada con las lecturas que llevamos a mitad de año, pero este 2020 de los demonios de momento está resultando un poco especial por las circunstancias que todos sabemos, así que las ojeadas literarias de este curso están siendo un poco especiales, y como he dicho antes marcadas por el contexto que nos ha tocado vivir, aunque como siempre, y siguiendo la filosofía de esta silenciosa bitácora han sido eclécticas, aunque también hemos seguido con nuestras particulares obsesiones, que nos acompañarán a lo largo de nuestra vida, eso es algo que a estas alturas no podemos evitar.
Me hubiera gustado usar la palabra azarosa, como un aventurero de siglos pasados y que plagan toda nuestra literatura universal, así que me quedo con las ganas. Eso sí azarosas han sido nuestras lecturas, por lo menos así lo creo yo, porque son como mi vida: 'Aventuras y desventuras de un pequeño guisante en su deambular por la vida'. Pongamos pues las manos en la masa, (en el libro).
Hemos disfrutado de la bicicleta de Delibes; "La bicicleta se me reveló como un vehículo eficaz, de amplias posibilidades y cuya autonomía dependía de la energía de mis piernas". Unos buenos instantes para disfrutar de una lectura anecdótica y marcada por el centenario del nacimiento de Miguel Delibes, uno de nuestros más grandes autores. También hicimos un largo recorrido de retorno a casa, acompañados de una simpática paloma, que nos zureaba una historia de amor en tiempos de guerra.
Pregúntale tú a Multivac. Te desafío. Te apuesto cinco dólares a que no es posible".
Con nuestra máquina del tiempo hemos viajado hacia otros mundos, unos distópicos otros entrópicos y hemos efectuado nuestra última pregunta, obteniendo también una respuesta final, siempre a cargo de un gran Isaac Asimov, único e irrepetible. Una última pregunta que se hizo bebiendo cerveza, un relato que nos encandiló y que nos hizo ver que todo puede ser posible, que todo puede hacerse realidad. Tiempo disponible para leer nuestros amados libros, tiempo para escoger títulos a nuestra medida y también para salir de nuestra zona de confort, momentos para perdernos en tierras del Moncayo, observando los misterios y leyendas de esa tierra, también de lo que ocurre en el interior de uno de sus monasterios, donde no se puede distinguir la verdad de la mentira.
Si dices la verdad no tendrás que acordarte de nada; pero si mientes, deberás recordar cada una de tus mentiras.
Hemos llorado por Notre-Dame y viajado a la isla de Cuba con una niña alemana muy especial, un recorrido amargo y con muy mal sabor de boca, una parte de la historia que jamás debe volver a repetirse, donde comprobamos la cara más hipócrita de unos gobiernos (políticos) que siempre están al sol que más calienta.
'En esta familia no nos morimos, nos dejamos ir'
Julio Anguita, recientemente fallecido decía que somos un país donde nos ponemos delante de un toro, pero que si vemos un libro salimos corriendo. El confinamiento ha conseguido algo muy importante como es que volvamos a leer, que disfrutemos de abrir un libro, disfrutar de lecturas electrónicas, de viajar sin necesidad de salir de casa, observar otros mundos sin agencias de viajes, soñar despiertos, imaginar todo aquello que no somos y que siempre hemos querido ser, conocer escritores y personajes que han sido compañeros de aventuras, intrigas y misterios, saber cómo era y vivía el Madrid de Isabel II, 'la de los tristes destinos'. cómo sucedió en 'la cajita de rapé', donde un inspector tragaldabas, amante de los libros antiguos y de los clásicos resolvía unos crímenes imposibles de esclarecer.
También en esos saltos tan comunes en el tiempo hemos asistido al cercano día del juicio final, y conocido la profecía de un desconocido Marsilio de Padua con la teoría de la termita, ese elemento subversivo que ataca desde la raíz haciendo derruir cuando menos lo esperamos los peldaños y vigas de nuestras casas. El autor del "Defensor Pacis" se las hará pasar canutas a un futuro papa. Ahora bien, hay una cosa de la que sí tengo muchas ganas, como es de poner las manos en la masa, y disfrutar de nuevo del Club de Lectura Pumarín-Gijón Sur cual asisto con mi mujer, escuchando los excelentes comentarios de mi compañeras de leídas, sacando provecho de los mismos, porque la lectura une creando excelentes lazos de amistad.
Cada uno tiene sus gustos, lee lo que le place y apetece, busca lo indecible por encontrar esas lecturas que tanto le placen, algo que para mí tiene todo los elogios del mundo porque amasa con todo el cariño del mundo, pone el máximo cariño para que su biblioteca tenga esos ejemplares que tanto ansía. Sigamos pues con la manos en la masa en esta afición que tanto nos gusta, da igual género o autor, todos son igual de respetables, pero hay una cosa bien clara... que nunca decaiga, que no muera, ya que los libros da igual que sean físicos o electrónicos son una de las aficiones más bonitas del mundo.
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