Las leyendas de la isla de St. Finnan

 

Lago Shiel en las montañas de Escocia - Glenfinnan

     La isla de St. Finnan (oficialmente Eilan Fhionnan) está situada en Escocia, tierra de misterios y leyendas. Se dice de ella que es un umbral, un límite o frontera, es la entrada, a pesar de estar consagrada hacia otros espacios transversales, y con esto no estoy contando ninguna historia de la genial y premiada Ursula K. Le Guin, me refiero a que es el paso hacia otros mundos, como es el de los muertos, aunque en el fondo, pueden estar muy vivos.

           Hay un libro viejo, de los que me gustan a mí, publicado en el año 1934, cuyo título es ‘Scotland´s road of romance’ (Augustus Muir), donde nos recordaba un viaje, el que hizo por aquellas tierras en un barco de vapor por el lago Shiel, entre Dalilea hasta la localidad de Glenfinnan.

          Al pasar cerca de la isla de St. Finnan, el capitán del barco le contó una historia: “Dicen que el alma de un muerto cuida de la isla hasta el siguiente entierro, luego es libre de irse. El autor nos comenta las siguientes palabras del comandante de la nave. Uno no está muy seguro de creérselo o no, pero sigo diciendo que hay quien ha visto una luz en la isla después del amanecer”.

        La isla de St. Finnan fue el lugar desde el que Finnan, un monje irlandés, conocido en esta silenciosa bitácora que nadie lee, llegó tras pasar por la escocesa isla de Iona difundió su fe. Estamos hablando del S.VII. Luego le siguieron otros monjes de Iona. Como resultado de esto, la isla se convirtió en un lugar santo. Aquí se enterraban a los jefes locales de los diferentes clanes, penitentes que llegaban a la misma para expiar culpas y, cuando el tiempo impedía la travesía, se arrodillaban en la orilla para rezar.  

         Todo esto viene a cuento porque uno de los manuscritos más antiguos del Reino Unido, el Libro de Kells, también llamado Evangelario de San Columba, está relacionado con la reseña de hoy, lo mismo que los Evangelios de Lindisfarne. Los autores fueron unos monjes celtas de Kells, aproximadamente en el año 800 de nuestra era, donde tiene mucho que ver un tal Columba de Iona. Terminar diciendo que hay autores que entienden que este famoso Evangelario fuer realizado por monjes pertenecientes a las comunidades de San Columba. Finan de Lindisfarne, monje irlandés, profesó en el monasterio de Iona.

¿Te animas a leerlo?

        Esta isla tiene muchas más leyendas, pero creo que eso lo dejaremos para otro día. Gracias a Peter Ross y su libro ‘Una tumba con vistas”, cuya una de sus historias dio pie a esta entrada.


Felices misterios en las oscuras, frías y lluviosas noches de invierno,

siempre frente al fuego y bien acompañados.


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