Diario de un librero


Un escritor solo muere del todo con su último lector, al igual que un libro, que solo morirá con su último lector. 
(Paul Desalmand)


#lecturasencuarentena
#quedateencasa

   Yo pensaba que la librería más famosa de Escocia era animada, al igual que las personas (personajes más bien) que entran y salen por la misma pudieran parecer un poco más interesantes de lo que son en realidad, un montón de gente aburrida, algunos algo cotillas y despreocupados, únicamente centrados en el tema que les ocupa, eso sí con un fantástico mundo interior de puertas hacia dentro, porque 'nuestro pequeño mundo' por muy extraño que pueda parecer a los de afuera es y será maravilloso, aunque exteriormente esas personas puedan resultar anodinas, y que sus vidas biográficamente hablando no dan para mucho.

    Sin ofender a nadie a primera vista podemos decir que hay mucha más vida en un videoclub que en una librería, y que no hay tanto friki como pensamos, aunque como en todas partes los hay, y además, niego rotundamente que sea un mundo de listillos, porque marisabidillos los hay en todas partes. Esta larga introducción viene a cuento porque el libro de Shaun Bythell 'Diario de un librero' me ha parecido aburrido, monótono, tedioso, no sé qué adjetivo ponerle, si me apuráis puedo decir que hasta simplón, solamente salvado por los extraños y estrambóticos personajes que trabajan y se mueven alrededor de la librería.

    Una librería que sería el paraíso de algún chapuzillas, pues siempre hay algo que hacer con las averías que de forma constante van apareciendo vez tras vez, gatos vagabundos que pululan por su interior como tal cosa, meando en cualquier lugar, donde los libros viejos y olvidados están de vez en cuando perdidos por algunos de sus cientos de anaqueles, que tienen que ser recuperados por si son pedidos dentro de la gama de extraños clientes que son feligreses habituales de tan particular negocio.

Shaun Bythell, el autor y propietario de la singular librería de Escocia.


    He intentado terminarlo cuatro veces pero no he podido, es superior a mí tanta pesadez entre líneas, hasta el punto de que 'The Bookshop', el nombre real de este negocio no tiene nada que ofrecerme, llegando a la conclusión que tanta excentricidad británica no es lo mío, acabando con mi paciencia y utilizando un tópico de los de siempre diré que el destino del libro ha sido el rincón de los libros olvidados. Por mucho que se esfuerce el autor no llega al nivel de 'La librería' fantástica historia a cargo de  Penelope Fitzgerald, tampoco a otra de las grandes dentro de su género una única e incomparable '84 Charing Cross Road' , basada en los libreros anticuarios de toda la vida, bella narración que te hará amar los libros de segunda mano y sus anotaciones marginales. Siguiendo con lecturas del mismo estilo y aunque esta se sale un poco del tema también tiene que ver con nuestra gran pasión que son los libros, siendo con diferencia mucho mejor que la soporífera lectura sobre la librería escocesa, y me estoy refiriendo al título: 'Una librería en Berlín', para finalizar y sin ser pesado tampoco llega a la suela de los zapatos a otra genial y original obra que también trata sobre libros, una de las que más me han gustado sobre el tema como es  "Las aventuras de un libro vagabundo", donde el único protagonista naturalmente es el libro.




Ultílogo:

    Entiendo que es bastante complicado llevar la gerencia de ciertos negocios y en especial uno tan complicado y denostado como es una librería, porque vivimos en un planeta que a pesar de "todo lo que se lee es mucho menos de lo que se dice", más aún en un mundo tan tecnificado como el nuestro, donde se pueden hacer muchas cosas electrónicamente a través de la red de redes, mediante ese monstruo digital, nuestro particular 'Multivac' llamado Internet.

"Pregúntale tú a Multivac. Te desafío. Te apuesto cinco dólares a que no es posible".

    Es difícil gustar a todos, en cuestión de gustos ya sabemos que no hay nada escrito. A mí también me gustaría tener libros sobre los ferrocarriles de mi país, no tendría ninguno relacionado con el croar de las ranas en tiempo de celo, guía de ríos donde las truchas son puñeteras con el pescador, ni tratados botánicos sobre como tener unas petunias más bonitas que la petarda de Dorothy Perkins en el lejano estado de Virginia en EE.UU, tampoco un atlas geográfico para saber el sitio exacto donde cagó el caballo del General Custer camino de la batalla de Little Big Horn, y se lio a palos con Caballo Loco. Libros hay de todo tipo como las meigas...pero sinceramente este es aburrido de narices por no decir una grosería peor.


Ya va quedando menos para que esta pesadilla pase...



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