Engranaje
"Y la vida se va cosiendo con los hilos de los momentos".
(Hilos)
‘La
poesía sí es una verdadera arma de futuro, cargada de hermosos versos para nada
asesinos, que siempre dan en la diana. Es esa sirena de la fábrica que algún
día no muy lejano nos solfeará de la forma más bella que todo será como al
principio, que seremos mejores personas, almas más bellas a las cuales cantar
de diferentes maneras, porque este encierro nos ha hecho diferentes. Si hay
alguien mejor que nosotros mismos, es/somos nosotros mismos’.
(Ritarbeyu,
el guisante)
Poesías
en cuarentena
#lecturasencuarentena
#quedateencasa
Todos necesitamos un
mecanismo, ese dispositivo junto a la motivación necesaria que obligatoriamente
precisamos para seguir sobreviviendo a este agobiante engranaje que es el día a
día, atinar dando en el clavo a la primera, seleccionando el dial adecuado de
la radio, ese que nos pone la sintonía más apropiada para ese momento tan
señalado, impidiendo que asesinemos al parlanchín de los megahertzios, el
levantarnos cada mañana sin preocuparnos que pie ponemos primero en el suelo, ni
cuántas cucharadas de azúcar hemos puesto en el café, ni mirar el móvil para
comprobar la cantidad de mensajes que tenemos en el buzón, ni actualizarnos con
las desastrosas noticias del momento. Ese ‘step
by step’ del madrugón diario que uno se enfrenta sin dilación y resignado, pero
también son aquellos recuerdos que recuperamos y que nunca hemos perdido, que
yacen en nuestra memoria para no desvanecerse jamás, así pienso yo que son los poemas de Mar Martín, que por segunda vez vuelve a esta silenciosa bitácora
con su poemario “Engranaje”.
“Tráeme el reloj para encontrar mi tiempo cuando lo ponga
en hora”.
(Pasos temporales)
Vecina de barrio, usuaria de la misma biblioteca a la que
acudo y amante de esas “pequeñas grandes
cosas”, a las cuales escribe, ella
destaca por rasguear con sus versos a
‘simples recuerdos’ que hacen grande nuestra existencia, esas menudencias de la
vida que muchos pasan por alto, pero que son necesarias en nuestras vidas, en
especial para que nunca se muera la memoria viva de nuestro pasado que al mismo
tiempo es nuestro presente, y que las mejores sintonías pueden tocarse de igual
manera tanto con púa como digitalmente, y las cuerdas de guitarra que marcan y marcarán el compás de tu vida sonarán al
ritmo marcado por aquellas remembranzas que jerárquicamente pongas en el lugar
que tú crees les corresponde.
Los recuerdos, ‘les
alcordances’ como decimos por estos
lares son un aliento de vida para estos difíciles tiempos que corren, (ahora
más que nunca) donde todo pasa muy rápido, donde todo es efímero, visual, donde
lo valioso es perecedero y lo fugaz siempre permanece durante eternos instantes
en nuestras retinas. El mundo de Mar Martín nos transporta a las sirenas de las
fábricas, que cantan de singular manera cual juglar de nuestro siglo el regreso
a casa del padre de familia, tras una dura jornada en el trabajo, a sentarse en
las escaleras del hogar familiar a contemplar todo aquello que nos rodea, eso
que es tan nuestro, en ocasiones en compañía de los seres más queridos.
Familiares que nunca volverán pero que no están en el
olvido, unas zapatillas guardadas que simbolizan la inmortalidad de lo que
tanto hemos amado y querido, aquello que siempre permanecerá de forma
imborrable en nuestro interior. ‘Cosemos’ los recuerdos, fortalecemos las
penas, pero ‘sentarse en el borde o en el
pico de la escalera puede ser una de nuestras mejores medicinas.
Ultílogo:
Antes de entrar en materia me
gustaría preguntar algo relacionado con
la comunicación audiovisual. ¿Cómo son las transiciones en vuestras
vidas? Cada uno utiliza un filtro diferente acorde a las circunstancias del
momento, dando un movimiento con la rapidez o harmonía necesaria que deleite nuestra vista, como en
la vida de uno. Cada cual aplica el filtro según el momento, pero la elección
del mismo hará que ese “carpe diem” sea
más o menos intenso, pero ante todo recordar que no debemos dejar que la lluvia
borre nuestros pasos, que la tinta con que escribimos y trazamos esta
existencia nuestra tampoco sean tachadas, ni rayadas por las inclemencias del
tiempo.
No es el primer libro que leo de la editorial Torremozas,
tampoco será el último, la estantería de autores que publica es
inconmensurable, por tanto tendremos lecturas para rato, una gran suerte por
nuestra parte. Solo deseo que la frescura y sencillez de los versos de Mar
Martín sigan bañando nuestras costas, donde las bibliotecas públicas, los grandes oasis de
nuestro tiempo sigan teniendo en sus baldas diversidad de títulos, en cantidad
para escoger, donde la poesía esté en el hermoso espacio que le corresponde, y
que las editoriales sigan apostando por la poesía, plácido lugar de descanso,
plectro de ensoñaciones, paraíso de la musas.
“Aún tengo tus zapatillas guardadas por si un día
regresas y quieres acercarte a la habitación, sin hacer ruido para arroparme y
darme un beso como cuando era pequeña”.
(Las zapatillas)
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