84 Charing Cross Road




La expresión “libreros anticuarios” me asusta un poco. Porque asocio ‘antiguo’ a ‘caro’. Digamos que soy una escritora pobre amante de los libros antiguos, los que deseo son imposibles de encontrar aquí, salvo en ediciones raras y carísimas, o bien en ejemplares de segunda mano en Barnes & Noble que, además de mugrientos, suelen estar llenos de anotaciones escolares.
(Helene Hanff)

Ficha técnica:

Título: 84, Charing Cross Road
Título original: 84, Charing Cross Road
Autora: Helene Hanff
Traducción: Javier Calzada
Género: Literatura contemporánea
Editorial: Anagrama
Páginas: 128
Año de Edición: 1970, (2002)
ISBN: 97-8843396-9828  


¿Quién es la autora:




       Nacida en Filadelfia en 1918 y fallecida en su querida Nueva York, la ciudad que ‘nunca duerme’ o la ‘capital del mundo’, tuvo una formación autodidacta, y muy pronto se vio “enganchada” por la grafomanía, la gran pasión por escribir, ganándose la vida como pudo, escribiendo obras infantiles, ensayos políticos e históricos, colaboraciones con los periódicos de turno… finalmente la fama le vino con este libro, (para mi gusto bastante tarde) siendo otro autor/a que teniendo unas grandes cualidades queda a mitad de camino por las puñeteras ironías del destino, teniendo méritos suficientes para estar muchos escalafones por encima. Ahora reside en los eternos cielos del lápiz y papel disfrutando de la compañía de todos esos autores que tanto le gustaban.

       P.D. Creo que estará discutiendo de libros, sobre libros, y siempre de libros con su amigo Frank Doel, (que por fin se habrán conocido.)

Ad rem: (En resumidas cuentas, al grano)

A finales de 1949 una joven neoyorkina que quería ser escritora, sin un duro, amante de la literatura, y de los libros usados, en especial los que son difíciles de encontrar en sus país, (ya que le resultan muy caros) escribe una carta a una librería inglesa para poder disfrutar de los mismos.

Helene Hanff, que así se llama la autora de esta carta mantiene durante más de veinte años una correspondencia con el librero Frank Doel, sufridor de sus extravagancias y conseguidor de sus peticiones. La librería en cuestión es Marks & Co., que está situada en la calle que da título a este libro, 84, Charing Cross Road en Londres. Durante veinte años mantienen una correspondencia epistolar, (incluyendo en las mismas a los trabajadores de tan singular librería y algún que otro familiar, ¡casi nada!) 
Ahora con todas las modernidades que corren por nuestros tecnológicos tiempos, que suerte la nuestra, estas cartas o intercambios nos pueden parecer de lo más extraño, pero de aquella era habitual, incluso con la forma de pago de los extrañísimos libros que Helene le pedía al pobre Frank, pero tranquilos no suelo hacer spoilers, (demonios que pecado por mi parte). El libro es una verdadera joya, en especial para los amantes de los libros, sobre todos los usados, que tienen mucha vida escondida entre sus páginas, muchas historias guardadas y escondidas sobre sus anteriores propietarios. 

Al respecto de esto último que he escrito, (por lo del apasionante mundo de los libros) la historia me ha recordado otro gran título, otra verdadera preciosidad, joya o como la queráis llamar…”Las aventuras de un libro vagabundo” de Paul Desalmand. 



Esta historia tuvo tanto éxito que hicieron una película con dos grandes actores: Anne Bancroft y Sir Anthony Hopkins. La librería en cuestión, como suele suceder en todos estos casos, ya no existe, tan solo una placa conmemorativa que así lo indica. Una verdadera lástima.

Tan solo una pega, pero... ¿el libro tiene una pega? Si he de ponerle una es su brevedad. Qué pena no tenga más páginas, se me ha hecho tan corto. (No me quiero contradecirme, a lo mejor si tiene unas pocas más perdería toda su magia.) 




Pasión por los libros, (extraña y hermosa enfermedad)

Si en realidad existe una oculta historia de amor, un cariño mutuo, algo que pudo ser y nunca ha sido…Eso queda a vuestra opinión, o a ese regustillo final que a uno le queda por saber cómo hubieran actuado los personajes si se les llega a poner en otro tipo de escenario. 


“A mí me encantan las inscripciones en las guardas y las notas en los márgenes: me gusta el sentimiento de camadería que suscita el volver páginas que algún otro ha pasado antes, así como leer los pasajes acerca de los que otro, fallecido tal vez hace mucho, llama mi atención.”


'Felices Fiestas' a todos y mejores lecturas.




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