La tienda de los fantasmas
El valor de medio penique:
“Casi todo lo mejor y más
valioso del universo puede comprarse por medio penique. Exceptuando por
supuesto, el sol, la luna, las estrellas, la tierra, la gente, las tormentas y
otras baratijas. Las tienes gratis. Además, dejo de lado otra cosa, que no puedo
mencionar en este periódico, cuyo precio más bajo es la mitad de medio penique.
Este principio general resultará enseguida evidente. En la calle detrás de mí
puedes montar en un tranvía eléctrico por medio penique. Subirte a un tranvía
eléctrico es como subirte a un castillo volador en un cuento de hadas. Puedes
hacerte con un buen puñado de chucherías de colores por la mitad de un penique,
junto con, por supuesto, otras cosas menos importantes”.
Este principio corresponde a
uno de los cuentos de G.K. Chesterton, “La tienda de los fantasmas”,
un alegato en defensa de la Navidad, donde pase lo que pase en este inestable
mundo de locos, siempre permanecerá viva, porque al igual que el propietario de
‘aquel palacio de maravillas liliputienses´, un hombre (1)
despeinado y de cabello cano, más viejo y debilitado que las carreteras de
antaño, nunca morirá, porque su espíritu siempre estará presente, donde los
grandes personas, hasta los más anónimos ciudadanos del mundo, sean creyentes o
no, harán todo lo posible para que, la Navidad, siempre esté bien presente en
nuestras vidas.
Un principio increíble para
un pequeño relato increíble, que vale mucho más de medio penique, un cuento que
de vez en cuando deberíamos releer, para que el espíritu navideño esté bien
calado en nuestro ser, lleno de otras cosas innecesarias, donde el carpe
diem siempre está bien presente, quitando valor a esas pequeñas grandes
cosas, que en realidad son las que nos hacen felices. Dicho de otra forma, “hay
coses, caxigalines (2) , que valen menos de seis de les antigues pesetes” y
nos pueden hacer la hostia de felices…
Nunca olvidéis de llevar seis pesetes en el bolsu.
(1) Ese
hombre viejo y despeinado es ni más ni menos que Papá Noel.
(2) Caxigalines
en asturiano significa una tontería, una bobada, algo sin importancia, también
puede ser una baratija.
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