Los cinco sentidos: Recordando a Calderón


"La vida es un hermoso sueño y lo quiero vivir despacio"


    Me gusta levantarme todos los días por la mañana y disfrutar con los sonidos que me deparan cada momento del mismo, como el golpe que da la puerta de la alacena al cerrarse cuando saco todo lo que voy a necesitar para desayunar. El sonido de la tapa del café al abrirse con su particular 'click' que anuncia ese próximo y placentero olor que invadirá mis fosas nasales.

    El crujir de las tostas de pan al ser cortadas por un cuchillo bien dentado, junto al olor de la mantequilla cuando es untada en un buen par de rebanadas de pan bien calientes que traspasa a tus dedos, llevándote a inimaginables lugares. Luego como por arte de magia mis oídos escuchan otro sonido que de forma ascendente penetra en mi cerebro, el pitido de la cafetera que indica que por fin podemos disfrutar de tan excelso aroma y sabor.

    Me gusta levantarme por las mañanas para abrir mis ventanas y que el frescor de esos momentos invada mi casa, mientras el tintineo de la cuchara al chocar contra el vaso despierte al resto de la familia que minutos más tarde llenará de algarabía el dulce hogar.

    Las risas de los seres queridos, esa unión familiar que hace más fuerte el vínculo que nos une retumba a su aire, libre de problemas por toda la casa.

     Me gusta levantarme por las mañana para ver a mis seres queridos, sentir los besos y abrazos de mi mujer y mi hija, pero ahora todo esto no es posible porque un maldito virus campa a sus anchas por el planeta, mientras unos malnacidos se consideran invencibles, contagiando al resto de mortales gracias a la 'infinita estupidez humana', haciendo 'lo que les sale del pijo', camuflados bajo una falsa libertad que dicen defender.

    El sacrificio que cada uno hace todas las mañanas al levantarse no sirve de nada, por eso se hace difícil y complicado sentir el beso y el abrazo de tu mujer y tu hija, pero repito todo esto no es posible por una malnacidos e individuos que no sirven para nada andan 'jodiendo la marrana', creyendo falsamente que tienen toda la razón.

    Me gustaría levantarme por la mañana y ver que por fin todo esto ha terminado, a sabiendas que 'la estupidez humana' ya no existe bajo la faz de la tierra, pero como decía Calderón de la Barca: 

"Una ilusión, una sombra, una ficción; y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño y los sueños, sueños son".


 

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