El Libro de Horas del Obispo Fonseca
Volvemos a los tiempos de los copistas e iluminadores, épocas en las cuales unos
hombres llenaron el mundo con su arte, con su dedicación lograron que hoy día a
pesar del paso de los años sigamos admirando su trabajo. El ejemplar del que
vamos hablar en esta entrada como su nombre indica perteneció al Obispo Fonseca, siendo un claro ejemplo
de la escuela Gante-Brujas como otros muchos que salieron de esos excelentes
talleres.
El
autor del mismo es anónimo y conocido como el Maestro Oracional del 1500, mientras que otros estudiosos ven la
mano de artistas como Hans Memling o Gerard David. Fue propiedad de un
prohombre de su tiempo –aquellos que únicamente se lo podían permitir- llamado Juan Rodríguez de Fonseca, (Obispo de
Palencia).
Este
manuscrito procede de la biblioteca del marqués de Roda, que poseía este
ejemplar del obispo, que viajó por toda Europa como embajador de los Reyes
Católicos, y donde seguramente -en uno de esos viajes- compraría este
Libro de Horas, en el que está su heráldica.
¿Qué
tiene de particular este ejemplar? Es una verdadera rareza, porque en su
interior tiene una escena única, una casa de baños, que probablemente es un
prostíbulo. También su realismo, ya que quien iluminó esta joya se esmeró al
máximo como no podía ser de otra manera, y más aun viniendo de un iluminador de
esta escuela, posee miniaturas de excelente calidad, junto a orlas con las
correspondientes miniaturas que abrazan un texto con otra miniatura, algo que
solo disfrutaba la visión de este eclesiástico y político.
Este
ejemplar se encuentra en el Real Seminario de San Carlos Borromeo en Zaragoza,
lugar donde residió otro ilustre de
nuestras letras Baltasar Gracián. Un libro de esta calidad y riqueza repito
que…tenía que estar en posesión de un verdadero potentado y bibliófilo como así
fue, además por suerte como ha sucedido otras veces, dígase el caso del “Beato Morgan”, está en España, y no
lejos de nuestras fronteras, alojado en unas vitrinas de las cuales es muy raro
que podamos disfrutar.
Una
época dorada, donde la iluminación era un arte, donde se aunaban unos
conocimientos que no deben ser olvidados, unos saberes únicos en que la
destreza para realizarlos era un verdadero don, y nosotros de vez en cuando,
muy de vez en cuando desde esta silenciosa bitácora queremos traer a la luz.
Supongo que con esta entrada de hoy #fray_cresconio estará contento conmigo.
Querido hermano Fray Cresconio estoy interesado en saber que opinaría nuestro Jorge de Burgos sobre algunos de estos maravillosos libros.
ResponderEliminarNuestro amado hermano Jorge arrancaría muchas de las hojas que se envuentran en los mismos para arrojarlas al fuego. La séptima trompeta ha sonado.
EliminarJorge de Burgos diría lo siguiente: La risa acaba con el miedo. Sin miedo no hay fe. Porque sin miedo al diablo, no se necesita a Dios.
EliminarStat rosa pristina nomine, nomina nuda tenemus. Es decir, de la rosa solo nos queda el nombre.
EliminarHablando de la rosa:
EliminarQué tranquila seria la vida sin amor, (...), qué tranquila y que insulsa...