Bartleby, 'el escribiente'
I would prefer not to
(Preferiría no hacerlo)
Curiosa historia la del escribiente Bartleby a cargo de
Herman Melville, sobre un hombre que no es que dejase las cosas para el día
siguiente, sino que ‘preferiría no hacerlo’,
frase y comportamiento que trajo de cabeza a su jefe, quien cuenta la historia
tiempo después que sucediera. Un escribiente responsable, trabajador, que por
una extraña razón –quizás porque trabajó
en el departamento de cartas muertas de la ciudad de Nueva York- decidió no
hacer las cosas, para desesperación de sus compañeros (que se comían el marrón)
y del responsable del bufete de abogados donde trabajaba.
Lo
extraño de todo viene porque no solo no quiere trabajar que ya es un problema,
tampoco quiere abandonar la oficina donde en teoría tenía que ejercer sus
labores como escribiente, y el autor de la historia nos deja en ascuas respecto
al comportamiento del personaje, que a mí personalmente me sacó de quicio, y en
algunos momentos me dieron ganas de mandarle literalmente a la ‘mierda’ por no decir a otro sitio peor
“donde nunca se pone el sol”, junto al calzonazos de su jefe, que no tuvo el
valor necesario de agarrarle por la pechera y ponerle de patitas en la calle,
que era en realidad lo que necesitaba debido a tanta indolencia mostrada por su
parte.
Todavía y eso que estoy haciendo la entrada de la lectura no sé qué pensar, si el autor nos toma el pelo, si la historia es un experimento de reacción humana ante situaciones incomprensibles (como se diría en nuestros tiempos), si la historia que parece plana intenta engañarnos y esconde una gran narración entre sus líneas, que Bartleby es odioso, que es una narración sobrevalorada, y creo que en todas estas cosas radica el éxito de la misma, en que la amas o la odias, pero…no es tan imprescindible (hablo de la historia) como nos quieren hacer ver.
Un
relato escrito a mediados del S.XIX que para muchos es muy original, para
algunos nada del otro mundo, un experimento fallido con muchas preguntas en el
aire, eso sí, con una frase que pasará a la historia de la literatura
universal: ‘Preferiría no hacerlo’, una falsa rebeldía escondida tras esas
palabras que en muchos momentos de la lectura han llegado hartarme.
Post scriptum:
Definen
a Bartleby como un hombre desubicado, pero el personaje me ha desubicado a mí,
un relato absurdo, exasperante y finalmente cansino. Sé que Bartleby tiene una
gran legión de seguidores, que estás letras probablemente no gustarán a más de
uno, pero el amigo de todos no ha conseguido convencerme. ‘El teatro de lo absurdo’ no es lo mío, pero tengo que reconocer que
el relato me ha desquiciado un poco con tanta indolencia por parte del
protagonista, y en muchos aspectos pienso que es un sin sentido. Si me
preguntan si volvería a leerlo mi respuesta sería bien clara; ‘preferiría
no hacerlo’.
Maravilloso relato, como casi toda la obra de Melville, y con mucho de simbólico, tanto este relato como la obra general de Melville. Cuantas veces en la vida preferiríamos no hacerlo...pero lo hacemos. Es el precio a pagar por vivir en sociedad, supongo. Y está bien que sea así siempre que no sea excesivamente represor. "El malestar en la cultura" de Freud lo refleja bien. Pero peor es, generalmente, la vida salvaje.
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