Isaak Bábel


Paseando por Rusia (16):
Ejecutado con un tiro en la nuca en los sótanos de la prisión de Butyrka.


Un testigo molesto de la barbarie soviética, un incordio más para el 'Gran Stalin', con 45 años era "liquidado" un gran escritor, era mejor no solo dejarlo en el silencio, si no también en el mayor de los olvidos...

       Yezhov hombre de confianza de Stalin, director de su policía secreta, fiel representante del pensamiento de la época es uno de los culpables de que el protagonista de la entrada de hoy fuera detenido durante la “Gran Purga”, para ser posteriormente fusilado, pero este hombre del cual Bábel era amante de su mujer paradójicamente le intentó salvar la vida, y creo que en este mundo nuestro suceden cosas muy extrañas, el gran director de la policía stalinista, con todo su poder no pudo hacer nada por la vida de este hombre, y fue Beria (el verdadero autor) su sustituto al mando quien verdaderamente dio la orden de acabar con su vida.

Bábel ya estaba acostumbrado a ciertas cosas, a ciertos desprecios  y exclusiones sociales, pues años atrás había vivido situaciones digamos que delicadas, como por ejemplo la persecución que tuvo lugar durante la Revolución Rusa de 1905, (su familia era de origen judío.)


       Haciendo caso omiso al confinamiento que por ley obligaba a los judíos a permanecer en su “Zona de Asentamiento”, Bábel todo un valiente se traslada hasta la ciudad de San Petersburgo, conociendo allí al gran autor ruso Gorki, que le da un gran consejo: “Mezclarse con el pueblo”.

      Como nos ha pasado a todos nosotros en más de una ocasión, -empezó a llevar sus creaciones a las editoriales, y en todas le echaban para atrás-, nada nuevo bajo el sol, muy mal ojo por su parte, y muy malos consejeros, pues a alguno de ellos se le ocurrió decir que –se emplease en alguna tienda-, creo que este individuo estaba mejor picando piedras, porque hay mucho ser inteligente dentro de “los grandes fichajes” de la literatura universal, que dan ‘sabios’ consejos dentro de las editoriales…

Maxin Gorki , uno de los autores más controvertidos de la novela rusa, fundador de la literatura soviética, criticado y controvertido a la vez, un digno representante de ser publicado en este blog, 'tiempo al tiempo'.

       Con el libro que más famoso le hizo ‘Caballería Roja’, está basado en sus experiencias como cronista de la campaña militar “Guerra polaco-soviética”, allá por 1920 (es decir el siglo pasado), pero prácticamente a la vuelta de la esquina, que está también documentado en su “Diario de 1920”.

Se le acusó entre otras cosas de las siguientes:

      De una falta de romanticismo revolucionario. (Menos mal que Gorki salió en su ayuda.)

     Debido a sus comentarios empieza a ‘no gustarle’ al máximo mandatario, al mandamás del momento, el Omnipresente Stalin, el amigo del culto al ‘ego’, que lo pone en lista. Tenía que andarse con cuidado de ahora en adelante.

         El general Semion Buddiori del Primer Ejército de Caballería se sintió molesto e incómodo por sus escritos.

     Cuando fue detenido su esposa Antonina Pirozhkova es obligada a entregar a las autoridades todo el papeleo que Bábel tenía en casa (dacha), es decir: cartas, manuscritos, apuntes… que se han perdido hasta el día de hoy. ¿Qué ha pasado con la tan cacareada libertad de expresión?

 Es fusilado bajo la acusación de espionaje y terrorismo, (siempre lo mismo, y no estoy haciendo ninguna rima fácil.) Como es natural sus obras fueron prohibidas, sin ningún tipo de mención y los libros retirados, (la filosofía del olvido por la vía rápida, sin ningún tipo de decretazo) además de que su nombre Isaak Bábel fue borrado de todo registro de libros en la inmensa URSS.

Tras esta imagen de seminarista, (con perdón) se esconde un 'comisario del pueblo', la mano ejecutora de Stalin en tiempos de Bábel, un hombre acusado de...bastantes cosas.

Qué pena que “Caballería Rusa” se tuviera que modificar debido a la censura, quizás debido a que se aleja de los heroísmos tan típicos en otras novelas, y que tal vez fueran del gusto del “Gran Stalin”. (Esto son elucubraciones mías, pero en mi mente solo mando yo y nada más que yo, y esos pequeños “MiniElvis” que de vez en cuando aparecen por ahí sin pedirme permiso.)

Por tanto sigo pensando lo mismo, la cultura pertenece a la cultura, debe de estar al alcance del pueblo, pero nunca, vuelvo a repetir nunca debe de ser controlada por los políticos para fines poco arbitrarios, sirviendo siempre a sus intereses. Una verdadera  lástima.





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