Todo amor
Este autor
ovetense que se hizo poeta en los páramos del Sil, nos apabulla con su sencilla
prosa en esta recopilación de poemas dedicados al amor, a ese amor tan simple
que él engrandece con sus bellas palabras y descripciones, demostrándonos lo
personalísima y particular que puede resultar esta palabra llamada amor.
Yo también descubrí este
libro en la biblioteca, aunque a Ángel González ya le conocía, pues algunas de
sus poesías encabezan los capítulos de mis poemarios, que hasta ahora no
han visto la luz, por eso me animé a leerlo, y no me defraudó. Este poeta es un
hombre que se quedó sin padre cuando él apenas tenía 18 meses y, esa circunstancia
marca a uno de por vida, con una hermana represaliada de la guerra civil, debido
a sus ideas republicanas, junto a un hermano fallecido en la misma, y todavía
sigue hablando de amor, que vuelvo a decir que es una palabra muy
fácil de decir, pero muy difícil de practicar.
Es un librito que contiene 45
pedazos de prosa llenos de sentimientos, pasión y hermosura, una antología de las
mejores poesías de amor de este poeta carballón, donde unas te llegan más que
otras, pero que no te dejan indiferente, -ya se que esto parece muy de
cajón- pero es así, por lo que Visor Libros acierta de lleno con la
publicación del mismo, porque este autor consigue que el amor sea y se
haga eterno, que nunca pase de moda, debido a que con palabras entendibles y
claras pueda acercarse a todo el mundo, sin necesidad de usar frases y
discursos rebuscados, llenos de pedantería, enciclopédicos, que no llevan a
ninguna parte, a un inexistente paraíso lleno de humo, vacío de fantasía y
emoción, por eso, debido a estas diferencias con otros autores, Ángel González
es un poeta del pueblo, un bate para todo el mundo, no de esos
personajes que se convierten en uso exclusivo de cuatro estirados académicos,
con un ‘Reino de la Bionda’ construido para un grupo de bardos empecinados
en su propia gloria, donde el gran Shakespeare, si levantase la cabeza, no
daría crédito a lo que vería y leería. Hay que joderse, y por este
exabrupto, no pienso pedir perdón, para eso este blog es de mi uso particular.
Los ofendidos que vayan de cabeza al pilón…
En este desolado mundo en el
que vivimos, tan solo tenemos que leer un poco las noticias, para darnos cuenta
de una cosa, necesitamos un poco del amor de Ángel González, debemos de
enamorarnos, dejarnos inocular por los beneficios que produce el hecho de estar
enamorados, tener en cuenta esas palabras, aunque ‘todo amor’ sea
efímero, merece la pena ser vivido.
“Ninguna
era tan bella como tú,
durante
aquel fugaz momento
en
que te amaba
mi
vida entera…”
Aunque el amor sea efímero,
(vuelvo a repetirlo) este, por muy poco que dure, vale más que todo el oro del
mundo junto. Él, nos hace sopesar, mediante sus textos que, elijamos con
discernimiento entre lo efímero o lo que perdura, entre aquello que parece
falso, tanteando entre eso que nos hacen ver como verdadero, un goloso dulce
para la boca, que luego se convierte en un infierno o lo que nos pide el corazón.
Al final, dime. Tú ¿Cuál eliges?
Son
las gaviotas, amor.
Las
lentas, altas gaviotas.
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