Testamento de juventud
Recomendaciones literarias (17):
Podemos decir que tras el título
se esconde un legado, una vida, porque son las memorias de la autora Vera
Brittain, a la cual le tocó vivir en una época nada fácil, en este caso son los
años que van de 1900 a 1925, un cuarto de siglo que da para mucho que contar.
Además deciros que como no podía ser de otra manera tienen una segunda parte
bajo el título de “Testamento de
experiencia”, que corresponde al siguiente cuarto de siglo, el comprendido
entre 1925-1950, donde fue bastante complicado y lleno de cambios. Esta primera
parte se publicó por primera vez en el año 1933, y la segunda siete años más
tarde, es decir en 1940, donde Inglaterra ya estaba metida de lleno en la 200ª
Guerra Mundial.
Alabado, loado, aclamado, es un
verdadero clásico entre los clásicos, convirtiéndose en un título de referencia
dentro del gran género que engloba la literatura relacionada con la 1ª Guerra
Mundial y similares, porque nos muestra entre otras muchas cosas cómo fue la
vida de las mujeres en aquellos tiempos, la forma en que se buscaba la vida la
pobre población civil –sacrificada- , siempre la gran sufridora en aquellos
terribles tiempos que marcaron a más de una generación, porque les costó un
riñón y parte del otro salir de aquel sombrío pozo. No podemos olvidar otra
cosa más, dicho de otra forma, es un recordatorio para darnos cuenta que todos
los derechos y privilegios de los cuales disfrutamos ahora –que muchas veces no les damos la importancia
que se merecen y pasamos por alto-, es gracias a estas generaciones pasadas
que lucharon de lo lindo para darnos, entregarnos un futuro mejor, un ejemplo
claro de esto es la lucha feminista, ya que ahora vemos como lo más normal del
mundo que una mujer trabaje, se independice, curse estudios superiores, tenga
al mando a un montón de hombres, y sobre todo que no tenga que depender de
alguien para sobrevivir, pero antes no era así, aunque todavía queda mucho
trabajo por hacer.
Como son unas memorias hace más
cruda la descripción de los hechos, ya que han sido vividas en primera persona,
nunca relatadas por terceros, donde resalta algo muy importante, la pérdida de
vidas humanas, en especial la de tantos hombres jóvenes que son el futuro de
una nación. A la autora del libro le tocó vivir una parte de la historia de
gran dureza, donde el sacrificio individual era necesario, casi obligatorio y
parte del día a día –por narices-,
además el reinventarse, -que poco me gusta esta palabra y como le gusta
pronunciarla a nuestro políticos como solución a los problemas que tanto nos
agobian- era lo más normal del mundo.
No todo van a ser tristezas y
contar neblinas de unos tiempos que muchos quisieran guardar en los lugares más
inhóspitos de la memoria, así que algo alegre hay en ello, eso sí que no lo voy
a contar pues sería un spoiler de órdago.
Post
scriptum:
En
resumidas cuentas, una descripción que como ocurre en todas las guerras es
hacia una generación perdida, unos ‘iguales’
que tuvieron la mala suerte de nacer en el momento equivocado, algo que
nuestros padres no tienen culpa, tan solo es el momento, las circunstancias,
ese desgraciado instante que decide todo, tanto para bien como para mal.
Una juventud sesgada por una
maldita guerra, por unos intereses políticos que no han llevado a nada, con una
posguerra que dejó una gran huella –que
aún sufrimos-. Es el fin de una época, como dijo una famoso periodista
americano sobre la obra, ‘honesta, reveladora… y
desgarradoramente hermosa’.
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