Hagadá Dorada
Hubo un tiempo en que Fray Cresconio correteaba camino del scriptorium por los fríos pasillos de Sta. María de Carracedo, en tierras Bercianas, salí en busca de su fantasma para que me hablase de esos libros iluminados que tanto le apasionan, la sorpresa fue cuando me relató la historia que envuelve a estos ejemplares del llamado "Ars illuminandi", y escuché de su propia boca como se iluminó o mejor dicho como iluminaban los artistas sefardíes, un desconocido arte por lo menos para la mayoría de occidentales algo indoctos en la materia.
Es un manuscrito hebreo ilustrado que se cree realizado en Cataluña sobre el S. XIV siendo un claro ejemplo del arte sefardí, es decir aquellos judíos que se fueron dispersando por el mundo a raíz de su expulsión de España y Portugal, llevando su cultura, tradición y religión, produciendo entre otras cosas este tipo de manuscritos que son de una gran calidad, en especial los ‘hagadats’ que son unos discursos o narraciones que tienen como principal propósito el de instruir, encontrándonos de esta forma con cuentos, leyendas, parábolas…es decir múltiples referencias a su entorno, empleándose con el fin de enseñar, yo diría que casi a un estilo de nuestro –marcando diferencias- gran olvidado “El Conde Lucanor” de Don Juan Manuel, además pienso que en cierto sentido es muy parecido a nuestros Libros de las Horas, porque entre otras cosas también contienen plegarias.
La ‘Hagadá Dorada’ (Pesaj) nos muestra la liberación del
pueblo judío de su esclavitud saliendo –huyendo- de Egipto. Son 56 miniaturas narrativas
–aunque eso ya lo he dicho antes- y se le denomina Dorada por el fondo de la hoja, ya que todo está aplicado bajo el mismo y en
forma de rombo, este valioso ejemplar lo podemos observar y apreciar en la
Biblioteca Británica en Londres.
Esta obra de carácter magnífico es
un claro ejemplo de hasta dónde podía llegar en belleza el arte sefardí y fue
manuscrita sobre el año 1230. Como en todos estos casos el libro va con destino
o es preparado para una familia adinerada, los únicos que se lo podían permitir
debido al inmenso trabajo que lleva un ejemplar de esta clase, con una
inversión muy alta de tiempo y dinero.
La ‘Hagadá’ se abre en
sentido horario, es decir según nuestra contratapa, vamos dicho de otra forma,
de atrás hacia adelante, (al revés nuestro) leyéndose de derecha a izquierda.
Ilustrada sobre pergamino y para los amantes de la caligrafía diré que esta
obra está escrita en sefardí, y la leen sobre todo durante la denominada Pascua
Judia (Hagadá Pesaj), que es cuando ellos conmemoran el Éxodo, su salida de
Egipto, para vagar después 40 años por el desierto, llegando por fin de muchas
tribulaciones a la tierra prometida.
Digamos que son iluminaciones que
se convierten en personales porque
uno de los fines de la Hagadá es que sirva de
enseñanza ilustrativa a las generaciones futuras, además pone en primer
lugar a las imágenes que son más visuales frente al texto, que queda en un
segundo plano. En resumidas cuentas son 56 paneles con miniaturas que abarcan
14 páginas.
El manuscrito tuvo sus idas y
venidas como era de esperar, ya sabéis eso en lo que tanto me suelo reiterar en
esta silenciosa bitácora, a veces de forma cansina y reiterativa, -no hay libro ni manuscrito que se precie que
no tenga una buena historia detrás-, y la Hagadá Dorada es uno de ellos,
por ejemplo fue censurada por un tal Fray Luigi de Boloña, (no sé qué dirá al
respecto ese monje iluminador y copista
amigo mío llamado Fray Cresconio, seguro que le llevarían los demonios por
semejante sacrilegio) también fue ofrecido como regalo de bodas, y
posteriormente grabaron el escudo de armas de una poderosa familia, -aborrecido
tatuaje bajo mi gusto, por mucha vida que dé al libro-, y que supongo de alguna
manera quiso perpetuar su abolengo de tan brillante forma, yo si pudiera
también hubiera hecho lo mismo. La actitud de esta familia demuestra el valor
que daban a esta Hagadá, inmortalizando así el ejemplar y el apellido pasando
juntos a la historia, no está nada mal el movimiento.
Desde este silencioso atelier de
libros, bitácora sin eco alguno me despido hasta la siguiente entrega sobre
esta clase de manuscritos que tanto nos apasionan, no sin pediros antes que os sigáis
cuidando porque todavía nos queda algo de camino para terminar con esta
horrible pesadilla que todos estamos viviendo, y debemos salir victoriosos de
la misma.
Post scriptum:
Cuando comento cualquier tipo de libro, pero en especial los iluminados comentaros (por si tengo algún problema con los derechos de autor, en otro de mis blogs ya me ha pasado) deciros que no me mueve ningún interés económico, ni personal, tan solo el divulgativo y sobre todo...el enorme placer que me produce el colgar este tipo de entradas porque jamás debemos de olvidar nuestra cultura, aquello que nos ha hecho ser lo que somos actualmente, pero sobre todo la pasión por el llamado "Ars illuminandi", proceda de donde proceda, eso es algo que no tiene precio.
Aquí tenéis unos enlaces que pueden resultar de gran interés para todos aquellos que quieran profundizar más en el tema.
Librería Británica - Londres (Hagadá Dorada) (Descubriendo textos sagrados)
Hagadás - Arte gótico catalán (El esplendor judio en Cataluña)
Visor de manuscritos - Hagadá Dorada (Corresponde a la Biblioteca Británica).
Arte público para la historia (Hagadás)
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