De la Tierra a la Luna

 

Una buena portada del año 1935 a cargo de la Editorial Sopena, que se ciñe bastante bien a la narración de Julio Verne.

“Quedaba en último término la clase supersticiosa de los ignorantes, que no se contentan con ignorar, sino que saben lo que no es, y respecto a la Luna sabían demasiado…”.

              Todavía me acuerdo cuando hacía cola los sábados por la mañana en la fila del Bibliobús, y el malhumorado del bibliotecario, un verdadero ‘moscorrupio’ bajaba a  Dios y todos los santos del cielo, pues nunca dejaba de protestar. Era el conductor del furgón cargado de libros el verdadero alma mater del mismo. Nos comentaba las novedades y si queríamos algún libro en cuestión, él ya lo sabía de antemano porque se lo hacíamos saber la semana anterior, nos decía si ya lo habían sacado en una de las paradas anteriores a la nuestra. Recuerdo que era un hombre dotado de una memoria prodigiosa, nosotros decíamos en broma que era el inventor de todas las señales del mundo y de los universos lejanos, si es que los había.

              Fue en el Bibliobús con 12-13 años cuando leí por primera vez este libro de Julio Verne, la segunda fue en la biblioteca personal de mi abuela, hubo una tercera con un ajado ejemplar de la Biblioteca Municipal de mi ciudad (Gijón), y finalmente una cuarta en ebook, con una edición del año de la polka, con un lenguaje un poco-mucho anticuado para estos tiempos, -lo que hizo que la lectura resultara bastante pesada-, con momentos digamos de…tedio.

Cartel de la "peli", una adaptación de la novela con el mismo nombre y del año 1958, donde aparece una nueva fuente de energía llamada Poder X....

              Todas las veces, tras terminar la lectura me ha parecido lo mismo, es la novela (aventura) más floja de este gran visionario y genial autor, que vuelvo a repetir es pesado hasta la saciedad, con demasiadas medidas, demasiados datos, aunque vinieran a cuento y mucho más en aquella época que le acusarían de loco perdido. Demasiados pesos, muchos circunloquios, quedando uno extenuado de tanto conocimiento enciclopédico, (para eso me compro la Espasa o un fantástico María Moliner) y demasiada soberbia americana, como diría aquel…”manda güevos”, junto al ensalzamiento como buen francés que es de la grandeza de su país, -yo haría lo mismo-, mostrando así que en aquellos no lejanos tiempos eran las dos únicas naciones importantes bajo la faz de la Tierra, pienso que por eso se largan a la Luna, para hacerlas más grandes aún.

              Para recaudar los tan necesarios dineros se hace una encuestación, una donación mundial, donde todo el mundo casca sus buenos billetes a tutiplén menos España, que solo saca de sus arcas 110 reales, y eso me ha dolido bastante porque salen otros países donde comenta que sus donaciones han sido más generosas que en nuestra nación, a la que tacha de tacaña, además no deja nada bien  a los científicos, aunque en una parte tiene razón.

              Me he quedado hasta las narices de los miembros del tan cacareado Gun-Club y su prepotente, resabiado y agonizante americanismo, hasta los mismísimos del presidente Barbicane, autor de la idea esa de lanzarse al espacio en busca de la conquista lunar, de su archiconocido enemigo capitán Nicholl y del sobrado aventurero francés, como no podía ser de otra forma, que responde al nombre de Michel Ardan, sin olvidarnos del secretario del club de los amigos del cañonazo americano J.T. Maston que parece un antepasado de ese malo, malísimo presidente que todos hemos sufrido, proveniente de las tierras del otro lado del mar con un apellido onomatopéyico. En resumen, un libro aburrido a rabiar.

Otra interesante portada, en este caso de Nórdica Libros donde siempre destacan entre otras muchas cosas por sus excelentes ilustraciones y presentaciones de todos los trabajos que hacen.

              Como dice un amigo mío, si te gusta un grupo de rock necesariamente no tiene porqué apetecerte escuchar todas las canciones, ya que en la saca habrá de todo, buenas, malas y horribles. En este caso me ha pasado lo mismo, me gusta el autor pero no este título en cuestión, (será la segunda crítica negativa seguida que hago en esta silenciosa bitácora, y además lo siento de verdad), ya que se ha convertido en una de esas aventuras vernianas que pasarán por mi biblioteca sin pena ni gloria, y eso que llevo cuatro lecturas de la misma, que no digan luego que han faltado oportunidades por mi parte, pero para un autor tan prolífico como Verne es muy difícil mantener tantos títulos sobre el pedestal, -el sí lo ha conseguido- otros cáncamos no pueden decir lo mismo. Alabado sea.

              No por eso dejaré de leer al gran Julio Verne, todavía en la biblioteca hay muchas historias para recordar y descubrir, además queda por saber que les ha ocurrido a estos tres individuos lanzados dentro de una enorme cápsula al espacio exterior. Eso es algo que el Sr. Verne nos tendrá que responder,  y ya tengo preparada esa lectura para salir de dudas.


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