El infinito en un junco

 


‘La invención de los libros en el mundo antiguo’

   Anoche me acostaba con la noticia de que Irene Vallejo había recibido el Premio Nacional de Ensayo con este título, mis más sinceras felicitaciones para la autora. Era una entrada que tenía previsto colocar en esta silenciosa bitácora un poco más adelante, cuando el tiempo y las circunstancias lo permitieran, pero visto lo visto y sin dejarme influir por noticia alguna esta fue mi opinión sobre el mismo.

     Cuando abres un libro ya sabes si vas a tener una atracción personal con él, la sensación de ser uno solo, sabiendo que vais a tener una relación muy personal,  y eso fue lo que me ocurrió con este ensayo de Irene Vallejo. Me he sentido igual que ‘Alicia a través del espejo’, porque al mirarme en las páginas de la autora he traspasado maravillosamente hacia el otro lado, al mundo de la pasión por la escritura, la lectura y esa extraña adicción llamada grafomanía, de la cual ninguno de nosotros nos queremos curar.

    Un mundo donde el único y principal protagonista es el libro, la principal estrella, narrándonos su nacimiento, los difíciles momentos en los que se debe salir a la luz para ser conocido por el mundo hasta nuestros días, donde la fama alcanzada por el mismo supera todos los límites, incluyendo los cambios y transformaciones sufridos por el paso del tiempo, las consecuencias de la vida misma en un mundo que no para, porque el libro es uno de los pocos personajes que ha aguantado el paso del tiempo como nadie que ya es decir, y lo que le espera…




         El ejemplar cayó en mis manos porque me lo recomendó mi hermano mayor, así que todo quedó en familia encontrándome con las ‘voces’ de títulos que habían formado parte de mi pasado y otras espero que de mi futuro. Conoceremos como fue la invención de los llamados libros en el mundo antiguo.

   ‘El infinito en un junco’ puede convertirse en una hermosa agencia de viajes, trasladándote a un pasado sin necesidad de usar la famosa máquina del tiempo de H.G. Wells, para adentrarnos con desenvoltura en los recovecos de bibliotecas como la de Alejandría o acercarnos un poco al mundo de los Ptolomeos, también pasearemos por la Odisea junto a un recorrido por la Roma de las mil y una historias.

     El viaje no termina ahí, nos llevará hacia el nuevo mundo, donde nos presentará a las curtidas bibliotecarias de Kentucky, que recorrían a caballo el ‘estado de la luna azul’  cargadas hasta los topes de libros por sinuosos caminos, para que todo ser viviente sin importar lo alejado que estuviera de la civilización pudiera leer, que ningún hogar, rancho o cómo demonios se llame tuvieran libros con los cuáles disfrutar en el poco tiempo libre que tenían, ‘viejas épocas, buenos momentos’.

Irene Vallejo, la autora de este premiado y excelente ensayo
    

Ultílogo:

              Se habla de rituales de lectura, que la piel tiene unos hermosos renglones, lectura tapizada de arrugas en las cuales está escrita nuestra historia. Muchos de los que amamos la lectura sabemos que es una gran pasión inculcada por nuestros padres desde pequeños, y las lecturas que realizamos son el resultado de aquello que nos enseñaron o vimos en casa.

              Disfrutamos de una enorme imaginación y viajamos hacia desconocidos parajes gracias a los libros, nos trasladamos por la historia a pasos agigantados, y solo puedo decir que “El infinito en un junco”  me hizo viajar a mi lejana infancia, cuando los sábados por la mañana hacíamos cola delante de la iglesia del barrio esperando al Bibliobus, donde nos empujábamos para ser los primeros y escoger los mejores títulos. Me acuerdo de la ‘mala hostia’ del bibliotecario –siempre estaba enfadado, en especial con nosotros- y del buen humor del conductor que disfrutaba viendo todas las fechorías que éramos capaces de hacer, -él era un gran lector, nos recomendaba los libros-. Llegamos hasta el punto de esconder los libros para fastidiar a los siguientes en la cola, y sobre todo presumíamos de carné, como si eso nos diera un estatus social diferente, muy superior al resto de mortales y así lo creíamos.

              “El infinito en un junco” te llevará al más allá en el tiempo, a las lecturas del pasado, -eso ya lo dije antes- a las del presente y sobre todo…a recuperar recuerdos que ya creías olvidados.


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