Waterstones

Waterstones - Cork (Irlanda)

‘La portada es una versión mini de lo que sería el cartel del libro’.

Articulando palabras: (5)

           Hace muy poco tiempo colgué de esta ‘silenciosa bitácora’ una entrada que casi fue premonitoria: “La portada de tu vida”, anticipándome sin saberlo a una noticia surgida el fin de semana en el Reino Unido, donde la cadena de venta de libros “Waterstones” tomó la decisión de mostrar sus ejemplares a la venta ‘al revés’, es decir sin que se les viera la cubierta, evitando de esta manera que los clientes toquen el libro y se enteren de que va la historia leyendo el argumento. Esta misma cadena de ventas aclara que cuando alguno de sus clientes abría el libro y luego lo devolvía a la estantería correspondiente este ejemplar debía ser apartado, pasando a estar 72 h. en la ‘nevera’, es decir en cuarentena.

           La extrañeza de clientes y paseantes al contemplar esta situación, el asombro ante esta forma de exponer los libros pasó a la protesta de una buena parte del público, y como era de esperar de una de las partes principales los diseñadores, que no estaban para nada de acuerdo con la decisión tomada por parte de tal importante cadena, que cuenta en su nómina con más de 4.200 trabajadores. Así que con un ente de esa amplitud dentro del sector librero, que además tiene un alto número de ventas era lógico que esta medida no haya sentado demasiado bien a la bancada del diseño gráfico.

           Ellos opinan lo siguiente, y voy a citar casi textualmente para que no dé lugar a malas interpretaciones: ‘La portada tiene que lograr captar la atención del lector, y que en pocos segundos se fijen en la misma, luchando para que sea único, creativo y sorprendente’.

Interior de la conocida bookshop

           La opinión de este que os escribe es muy variada, y en una parte difiere de los críticos y público que está contraria a una decisión que puede estar tomada de la manera más apropiada por parte de Waterstones, me explico:

           Hay portadas inmensamente malas, tan horribles que espeluznan al lector, siendo necesario leer el argumento para salvar la situación, por tanto… ¿Para qué tanta portada?

           Es cierto que detrás  de una horrenda y espantosa portada se esconde un gran libro, eso ya me ha ocurrido más de una vez, pero personalmente no necesito ver o tener en mis manos una maravillosa portada para ser atraído en la lectura de un gran libro, hay excelentes historias que se presentan ellas solas.

           Para finalizar contaré que a mí cuando me diseñaron una de las portadas en el primero de mis libros (en dos ocasiones) tuve que rechazar la propuesta editorial cuando me presentaron las pruebas de las mismas, ya que quien las realizó ni se molestó en leer el argumento de la historia. La inspiración divina en estos casos no existe, y las musas ayudan bien poco. En la narración había tres protagonistas y cuando recibo la portada aparecen como por arte de magia cuatro personajes, a lo cual el diseñador indica que son los mostrados en el argumento enviado. En fin, a uno se le inflan las narices y tiene que poner toda la carne en el asador para que el trabajo salga adelante. 

        Los autores desconocidos muchas veces tenemos la mala suerte de encontrarnos con malos profesiones, como en todos los lados, pero claro el que no llora no mama, así que…alguno estaba bien callado y apoyo cien por cien a la cadena librera inglesa. ¡Ole sus narices!

Post scriptum:

       No me malinterpretéis, todos tenemos que defender nuestro puesto de trabajo, la profesión con la cual nos ganamos la vida, pero si tú protestas yo también lo hago, y si la portada del libro, mío en este caso es una ‘mierda’ te lo digo y no pasa nada, más aún cuando ni siquiera te has leído las diez o doce líneas que incluyo como argumento.

      Cada empresa decide cómo actúa contra este maldito bicho que quiere arruinarnos la vida, si es que no lo ha hecho ya, y cómo quiere que sean los protocolos de actuación dentro de sus cuatro paredes, y vuelvo a repetir que yo en este caso apoyo y aplaudo la decisión de ‘Waterstones’.

           P.D. – No soy personal de la cadena y mis libros no están dentro de su catálogo de ventas, por si acaso lo aclaro para los mal pensados.