Delibes en bicicleta
"La bicicleta se me reveló como un vehículo eficaz, de amplias posibilidades y cuya autonomía dependía de la energía de mis piernas".
(Miguel Delibes)
#lecturasencuarentena
#quedateencasa
Detrás de este atrayente título se esconde un pequeño recorrido por la larga y exitosa vida de Miguel Delibes, multipremiado desde todos los ángulos, que estuvo marcada por su mujer Ángeles de Castro pieza muy importante en la existencia de este escritor amante de la caza, junto a su familia, el amor que sentía por el campo y naturalmente el de las dos ruedas.
Un libro donde las anécdotas son parte principal del mismo, y cuyo autor Jesús Marchamalo es a la vez el comisario del 'Año Delibes', porque Delibes no es solamente un hombre agarrado a la pluma y al papel, sino también unido por obra y gracia del destino a una bicicleta, porque no solo le gustaba la caza, le atraía este particular velocípedo desde la infancia. No solo nos dejó esa pasión por la caza y las dos ruedas, también sus obras: 'La sombra del ciprés es alargada'' (1947) que fue premio Nadal, y que ha sido incluida en la lista de las '100 mejores novelas en español del S.XX', que hace o elabora el periódico "El Mundo", también están 'El camino', 'Mi idolatrado hijo Sisí', 'Las ratas' o su conocidísima 'Cinco horas con Mario', hasta un verdadero clásico, incluso en el cine ''Los santos inocentes', (1981).
El gran Miguel Delibes
"Soy como un árbol que crece donde lo plantan"
Una bicicleta de color verde marca Arelli propiedad de su hermano Adolfo le provocó un amor incondicional y a primera vista con tal particular medio de transporte mientras que... "la burguesía acomodada de aquel Valladolid en blanco y negro, antigua y recia, se deleitaba en las tardes mullidas de casino, y Delibes buscaba ese amor por la naturaleza y la exaltación por la vida al aire libre, pero sus conciudadanos vallisoletanos iban tras los 'vegueros humeantes', esos buenos cigarros premium producidos en la lejana isla de Cuba, es decir unos buenos habanos, siempre acompañados de un buen coñac añejo en copa, como mandan los cánones". (Algunas de las bastardillas y cursivas son mías, el resto son propiedad del autor).
Por cortesía de Antonio Santos (ilustrador)
Recordemos que el joven Delibes utilizaba la 'bici' para todo..., para ir al 'cole', para ir a jugar al fútbol, para ver a su novia Ángeles, para escapar de los guardias y evitar pagar la multa por no llevar la bicicleta matriculada. Luego vinieron esos libros compartidos con su compañera, como Stendhal, Sta. Teresa, como no Chejov, el gran Wilde, casi nada.
Luego vino esa 'gran locura' en aquel verano del 41, (estamos hablando del siglo pasado) y decide recorrer los 100 km que separaban Molledo hasta la localidad de Sedano, 'paseo' que hoy día siguen realizando los miembros de la familia con su particular ¡Aúpa Delibes!, ya que en aquellos tiempos podía resultar una verdadera aventura, un lío de la leche con trasbordo incluido y alguna que otra sorpresa realizar este 'corto' viaje, y eso sin tener en cuenta como estaban las carreteras en aquella época.
"Llegaré miércoles tarde, stop".
'No podía faltar Delibes en bicicleta o la bicicleta de Delibes'
Se casaron un 23 de Abril, que casualidad un "Día del Libro", los regalos que se intercambiaron el día de la pedida de mano fueron de Miguel a Ángeles una pulsera y una... bicicleta Velox amarilla, y ella todo un lujazo, una máquina de escribir Hermes Baby, empezando así su carrera de escritor.
Escribía a mano (como hago yo), otro grafómano incurable y convencido en papeles sueltos y sobrantes, (no sabéis el enorme placer que produce hacerlo de esta manera). Lo fue todo, el más leído, el más vendido, el más traducido, el más representado...
Comparto algunos de sus pensamientos en lo relacionado con el ejercicio de escribir: "Se pasó toda la vida ensimismado, dejando de ser él para ser otro, siempre en un juego de disfraces, imaginando la vida de otros para placer de sus lectores". A parte de sus historias siempre recordaremos tres letras, MAX, es decir Miguel, Ángeles y la X por el futuro incierto que les esperaba cuando se conocieron.
Hay muchas más experiencias y anécdotas de este autor, unas conocidas y otras tal vez no, momentos e instantáneas que merecen ser sabida por nuestra parte, pero como digo de vez en cuando..."para eso hay que leer el libro", en este caso una corta biografía que bien merece la pena.,
Jesús Marchamalo, autor de esta pequeña biografía y comisario del "Año Delibes"
Como siempre nos encontramos con un buen trabajo de Nórdica Libros, con texto muy ameno de Jesús Marchamalo, y unas mejores ilustraciones a cargo de Antonio Santos que favorecen más aún la lectura de este biográfico relato, de una corta biografía que me ha gustado tener en las manos.
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