Obedeceré a Dios
El crimen que puso la fe a
prueba: Una
pequeña introducción al por qué de los asesinatos provocados por los hermanos
Lafferty, realizados según ellos por una visión divina.
(…) Estos son mis sentimientos, y
todos los que estéis de acuerdo conmigo en esta posición levantad la mano
derecha. No obedeceré a Estados Unidos obedeceré a Dios.
(Discurso de John Taylor, tercer
presidente, profeta y revelador de los Santos de los Últimos Días: 4 de enero
de 1880 en una asamblea dominical en Great Salt Lake City – Utah, EE.UU.)
Cuando
uno se enfrenta a esta lectura realizará un viaje a través del tiempo, donde se
encontrará con los primeros pasos de aquellos pioneros que sentaron las bases
para la formación de lo que hoy día se conoce como santos, aquellos mormonitas como se les llamaba en un
principio, perseguidos y denostados por sus ideas, que más tarde dieron paso a
una de las religiones con más expansión e importancia en estos momentos del
mundo, y más aún en EE.UU, donde crecen a pasos agigantados, pero los comienzos
no fueron fáciles, eso lo sabe todo el mundo. Una fe tan pacífica y tranquila,
unos hombres y mujeres tan obedientes (un punto muy importante de su religión)
guarda un pasado sangriento y violento, (que el autor saca a la luz) la mayor
parte originada por los acontecimientos que tuvieron que vivir, hasta
aposentarse, digamos que de forma tranquila y definitiva (pese a la oposición
de muchos) en el estado de Utah, siempre guiados por sus presidentes, profetas
y reveladores de visiones de turno hasta ser lo que son hoy día. Estamos
hablando de los conocidos ‘La Iglesia de los Santos de los Últimos
Días’, coloquialmente los santos.
El autor John Krakauer resalta
entre líneas una cuestión que es la que da lugar, en parte, al derrotero tomado
por una parte de los santos en
especial durante sus primeros pasos. Estamos hablando de la envenenada herencia
de John Smith a sus seguidores, que fue una obsesión especial por la sangre y
por la venganza, que trajo en el lado más radical del mormonismo consecuencias
devastadoras, que se irán puntualizando a lo largo del libro.
Los mormones son conocidos porque
en sus principios eran partidarios de practicar la poligamia o como ellos
suelen llamarlo el “matrimonio plural”,
hasta que llegó el momento en que este práctica empezó a generarles problemas,
surgiendo distensión y discordias entre ellos, a la vez, como era de esperar
estas disensiones trajeron separaciones y más de una escisión, cada una
defendiendo sus propias ideas de verdad, y que entre sus filas se encontraba
como profeta ese ‘hombre poderoso y
fuerte’, aquel que pondría en orden la casa
de Dios.
Con el “Manifiesto Woodruff”,
estamos hablando del 6 de octubre de 1880 se abandona la práctica del
matrimonio plural ‘por voluntad del
Señor’, pero con el paso del tiempo muchos siguieron practicándola alegando
que dicho manifiesto no había revocado la sección 132 de Doctrina y Convenios,
la revelación que John Smith había tenido en el año 1843 sobre el matrimonio
plural, y que seguía siendo (tal como sucede hoy día con las escisiones, los
fundamentalistas mormones) una parte muy válida de las Escrituras mormonas.
Muchos no estuvieron de acuerdo
con la decisión tomada por el profeta y decidieron abandonar una religión que
consideraban falsa, estableciéndose por su cuenta en otros lugares,
clasificándose a sí mismos con verdaderos, acusando la iglesia establecida como
usurpadores y alejándose en sobremanera de las auténticas revelaciones de John
Smith.
A los polígamos de Utah se les
denominó “cohabs”, gente que practicaba una cohabitación ilícita con
diferentes mujeres, pero en realidad no lo era, ya que se aceptaba por ambas
partes, en este caso marido-mujer. Cuando empezaron a ser perseguidos
(seriamente) por este hecho se fueron instalando en asentamientos remotos, en
zonas desérticas del país, viviendo la fe a su manera, instaurando el
fundamentalismo mormón que es el que da pie a la historia de Krakauer y el
inicio del radicalismo de una parte de los hermanos Ron y Dan Lafferty.
“La fe
de un hombre es el delirio de otro (…)
(Anthony
Storr – Feet of Clay)
Storiae
A
finales de julio de 1984 una madre y su hija aparecieron brutalmente asesinadas
por dos hermanos, mormones fundamentalistas que decían actuar por mandato
divino. Un true crime en primera
línea, una crítica a las teocracias existentes en la América más profunda, que
son comparables al fundamentalismo islámico. Un fundamentalismo crudo, extremo,
un falso idealismo mesiánico, que como ocurre entre las sectas y religiones
milenarias no llevan a ninguna parte, más bien a alejarse de Dios. Krakauer nos
explica cuál es el papel de la religión en la vida del hombre, también algo tan
cuestionable como la interpretación adecuada de la religión en nuestras vidas,
que como sucedió en el caso de los hermanos Lafferty a un fundamentalismo tan
extremo que les llevó a asesinar brutalmente a una joven madre y a su bebé de
quince meses, que eran la mujer y la hija de su hermano más pequeño. ¿Puede
haber algo más horrible?
Post
scriptum
Cuando uno examina los hechos se
da cuenta de que estas dos personas, por llamarlas de alguna manera no muestran
ningún tipo de arrepentimiento ya que el asesinato de ambas era un mandato de
Dios, además tienen el convencimiento que tienen la verdad. En un país
civilizado no cabe en la cabeza de ninguna persona que el asesino de turno diga
eso tan manido de ‘lo hice porque Dios me
lo dijo’.
La
historia también nos aclara otro punto importante que no podemos pasar por alto
y es la exclusión de los no creyentes en las sociedades donde aún perdura la
fe, los extremos siempre son malos.
En el caso de los asesinos surgen
otro tipo de preguntas: ¿Fe? ¿Locura?, o tal vez un TNP (Transtorno Narcicista de la Personalidad). Quien sabe, la mente
humana es muy intricada.
Con la publicación de este libro
Krakauer parecer ser que a herido la sensibilidad de más de uno, recibiendo
amenazas de muerte por lo plasmado en el libro. En el país de la libertad es
complicado efectuar la llamada libertad de expresión, un bien muy preciado y en
muchas ocasiones peligroso.
Comentarios
Publicar un comentario