El castillo de los Cárpatos

 


'Innamorata, mio cuore tremane, voglio morire...'

    En 1828 en la ciudad francesa de Nantes nacía uno de los escritores más famosos de todos los tiempos, Julio Verne, un visionario del que prácticamente está todo hablado y escrito, por tanto yo no pienso extenderme en este aspecto, tan solo decir que este año me he propuesto leer una buena parte de su obra, porque no todo van a ser novedades literarias, tan solo comentar que este hombre en su extensa creación tuvo en cuenta dos cosas, hablarnos sobre la exploración del mundo y el progreso tecnológico.

     "El castillo de los Cárpatos" da buena nota de ello, luchando contra las supersticiones de los pueblos, que en muchos lugares -aún hoy en día- están muy arraigadas, donde los adelantos del hombre podían ser originados por obra y gracia del Chort, ese diablo que habita en los caminos de la Valacia, un Corabas venido de dimensiones invisibles, hecho de fuego, que habita en el bosque para asustar a los humanos. La casa de 'La Torre de Amiens', último retiro y refugio del autor, fue el lugar donde escribiría a un frenético ritmo, y eso que no existía el corrector del dichoso Word entre otros dos libros por año sería cuna de este título, un castillo en los Cárpatos donde se esconde un gran misterio, también una deuda pendiente, que el destino o las circunstancias tendrán que resolver.

    Me pregunto si esos desamores que aparecen en algunas de sus novelas como "Una ciudad flotante" o esta de los Cárpatos no serán debidas a la desilusión sufrida por aquel primer y lejano amor, Coraline, que le dio calabazas para irse con un vizconde,. 'El castillo de los Cárpatos'  podemos decir que entra en la etapa pesimista de Verne. Escrita en 1892 tiene no solo matices góticos, también vampíricos, ambientada en una Transilvania llena de misterios, donde ninguna leyenda está inventada.

"El secreto está en que siempre me ha apasionado el estudio de la geografía" 


    Una famosa cantante de ópera conocida como La Stilla con cientos de admiradores a sus pies, entre los que se encuentran el baron de Gortz y el conde de Télek, sin olvidarnos de un extraño inventor que quiere poner en marcha todas sus ocurrencias y que sirve a su patrón -el barón de Gortz- que nunca trama nada bueno, sobre todo cuando se entera que la hermosa cantante acepta el amor del joven Télek, provocando de esta manera la ira del barón que no aceptará de ninguna manera ser el perdedor.

    Tras unos trágicos acontecimientos -que no pienso relatar- en un castillo abandonado de los Cárpatos y propiedad del barón de Gortz notan cosas extrañas, pues el castillo comienza a cobrar vida ya que lleva bastante tiempo abandonado, y es así donde la superstición de los pobladores de la zona sale a luz, porque el humo, imágenes salidas de lo imposible e incluso voces son debidas a los espíritus de la zona, en especial al siempre omnipresente Chort, causante de todos los males que aquejan a los habitantes de la desconocida y bella región transilvana.

    Primero un valiente guarda llamado Nic Deck y más tarde Franz de Télek junto a su fiel servidor Rotzco sacarán a luz -desentrañarán- el misterio que envuelve a la inmensa mole que atemoriza a la población, para comprobar que la voz y lo sonidos tienen nombre. Es en ese momento donde se empezará  desatar el nudo de la historia, uniendo ciencia y leyenda, pasiones y frustraciones, para que al final como casi siempre ocurre ganen los buenos, no sin antes sufrir un 'poco de lo lindo', pero matizando algo muy importante no está nada mal seguir inventándose leyenda, las zonas mágicas por mucho adelanto tecnológico que haya jamás se deben perder. Creo hoy día que Julio Verne tenía razón, él estaba en su etapa pesimista pero con todo acierto podía decir que..., la tecnología mal usada también puede matar al hombre', eso es algo que jamás debemos pasar por alto, más aún cuando ha salido de la boca de un visionario, un hombre adelantado a los tiempos de los tiempos, junto a otro gran ídolo como fue H.G. Wells.



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