Terra Alta


¿Puede ser el principio de una saga?
¿Vendrán nuevas aventuras de Melchor Marín cómo protagonista?


   Decía el famoso poeta portugués Ruy Belo que todos mudamos, es decir cambiamos, a lo largo de la vida no pensamos de la misma manera, y ahora pensaréis lo siguiente. ¿Qué tiene que ver la poesía con Javier Cercas, el autor de este libro? Porque siempre he dicho en esa ‘particular cruzada’ que siempre me acompaña lo siguiente: “Todos los premios son discutidos y discutibles, que los libros pueden ser leídos e infumables, sondables e insondables, y que puede haber opiniones para todos los gustos”.

   Hay circunstancias que pueden hacerte “ahorcar los hábitos”, hay momentos en que uno “muda los hábitos”, excepciones que rompen brutalmente la regla, y esto es lo que me ha sucedido leyendo esta novela galardonada con el premio Planeta, con un personaje principal muy bien logrado, obsesionado con la historia de “Los Miserables” de Victor Hugo, y en especial con uno de sus protagonistas que aquí no voy a desvelar, (mejor será que leáis el libro para averiguarlo) una noir exquisita, una trama muy bien trabajada escrita a un gran nivel, que para mi gusto (siempre bajo mi punto de vista) es digna merecedora de este galardón.



   Quiero resaltar la importancia de los protagonistas secundarios, que van rodeando a  lo largo de las páginas a Melchor, el policía procedente de Barcelona, cabeza principal de la historia y que van moldeando la misma, mostrando ante nuestros ojos un hombre en guerra consigo mismo, un ser que quiere reconciliarse con su pasado a pesar de tener un hermoso presente, y unos horribles asesinatos efectuados con tal violencia que encierran mucho más de lo que creemos, un misterio que se resolverá al final del libro, donde una comarca “Terra Alta” que da título al libro es presentada tal como es, una tierra amada por sus gentes a pesar del poco futuro que tiene la misma, con habitantes muy apegados a su tradición y cultura, hombres y mujeres muy hechos a sus costumbres, a ese ritmo de vida tan diferente de las grandes urbes, a una comarca que te atrae como una imán, de la cual no puedes marchar, una zona donde dónde se desarrolló uno de los peores acontecimientos de nuestra pasada ”Guerra Civil”,  y es aquí donde se desarrolla la tragedia, el misterio y el asesinato de los propietarios de Gráficas Adell, la compañía que da trabajo a la mayoría de la gente de la zona. Melchor Marín, héroe policial tendrá que hilar muy fino para averiguar qué hay detrás de estos asesinatos, cometidos de la forma más brutal y violenta que uno pudiera imaginarse. El joven policía se obsesionará con el caso de manera muy especial poniendo en peligro no solo su vida, sino también de todos aquellos que le rodean, porque el pasado y el presente se entroncan a lo largo de las páginas con unos episodios que te engancharán, demostrando que ese impulso que te llevó hasta su lectura era una llamada a que…este premio Planeta si merece la pena ser leído.




Ultílogo:

    Leyendo algunos comentarios efectuados por el gran mundo de la red mundial quiero comentar que estoy de acuerdo con algunos de ellos, como por ejemplo que este tipo de historias te ayudan a reconciliarte con el Planeta, que de vez en cuando no todo son esos mecanismos comerciales que mueven a este mundo que nadie sabe a dónde va, que va siendo hora que se apueste por el mérito y la calidad, nunca por el amiguismo de turno, gastarte tus buenos dineros en algo que merezca la pena y no en un ladrillo literario, que te apetece (con unas ganas atroces) visitar nuestras espléndidas bibliotecas municipales a las cuales tenemos que apoyar más, sobre todo económicamente para ver si encontramos más libros de este estilo, con una narración que te va quitando esos ‘peros’ que pudieras tener antes de lanzarte a la aventura del mismo, y para finalizar, si nos frenan los premios literarios tan mediáticos (joder, me anima saber que no soy el único) “Terra Alta” como dije al principio puede ser una de las excepciones que confirma la regla.

   Todos mudamos, todos cambiamos así que volviendo nuevamente a Ruy Belo he de decir que con los premios literarios estaré en una constante contradicción, como le sucedía al poeta portugués, un “contigo pero sin ti” que me acercarán o alejarán hacia su lectura.
             

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